La necesidad urgente de tratar a los pacientes de manera segura durante la pandemia llevó a un auge de la telemedicina. La telemedicina abrió la puerta a nuevas vías de tratamiento para toda la medicina, ninguna más que para la terapia. Mientras que la promesa de la teleterapia para ampliar el acceso a la atención es significativa, la realidad es que no satisface las necesidades de todos los que buscan tratamiento, y de hecho, para muchos, sigue manteniendo la atención de salud conductual fuera de su alcance.
Considera a un trabajador de fábrica que ficha al amanecer y no puede escaparse para una sesión de terapia a mediodía. Muchos trabajadores por turnos combinan múltiples trabajos, fatiga y poco tiempo libre. Decirles que encajen la teleterapia en un descanso asume no solo un acceso constante a Internet, sino también una tecnología que pueda manejar una videollamada. La telemedicina tampoco resuelve los problemas de acceso para las personas que no pueden pagar los costos de su bolsillo o encontrar un proveedor que acepte su seguro. Nos hemos convencido de que la teleterapia sola puede resolver los problemas de acceso en los EE. UU. Desafortunadamente, la terapia virtual y las visitas de telemedicina siguen reflejando las mismas barreras que se encuentran con la terapia tradicional.
Cuando limitamos la salud mental digital a citas virtuales, disminuimos su valor real y pasamos por alto una realidad importante: el verdadero valor de los tratamientos de salud mental digital es donde la oportunidad se encuentra con la necesidad. Existe una gran brecha en la atención en los EE. UU., especialmente en la salud conductual. La escasez de profesionales de la salud mental persiste, por lo que las mismas barreras continúan y la brecha crece exponencialmente cada año. La única forma en que podemos abordar adecuadamente esta brecha es adoptar otras modalidades de tratamiento para brindarles a aquellos que sufren la ayuda que necesitan. Los tratamientos en el hogar o los tratamientos de salud mental digital son a menudo la mejor solución para abordar este problema que crece rápidamente. Estos tipos de tratamientos brindan la oportunidad a la persona de elegir el mejor camino que se adapte a sus necesidades y les permite tomar el control de su propia salud. Debemos cambiar la mentalidad de la atención de la salud mental de una en la que la única opción es el estándar de atención, a una posición en la que ayudamos a las personas a acceder a cualquier tratamiento validado que les permita acceder a la atención en sus propios términos.
Estados como Nuevo México han mostrado interés en estos enfoques, extendiendo la cobertura de Medicaid a terapias basadas en dispositivos para personas que no pueden viajar fácilmente o que carecen de planes de datos de alta velocidad. El Departamento de Asuntos de Veteranos y ciertos planes de salud regionales también han ampliado la cobertura. Sus iniciativas están respaldadas por nuevos códigos aprobados por el CMS que reconocen la necesidad de un enfoque más sólido para la salud mental, e incorporan ahora estos novedosos tratamientos de salud mental como parte del paradigma de tratamiento. Esto es un claro reconocimiento de que no todas las soluciones giran en torno a una llamada de 45 minutos o una sesión de terapia en persona. Estos códigos permiten a los proveedores adoptar estos tratamientos en sus planes de atención al paciente y allanan el camino para que los pagadores reembolsen una gama más amplia de tratamientos. En última instancia, esto llegará a aquellas personas que mantienen en funcionamiento a Estados Unidos pero que no tienen un acceso fácil a la atención.
Cuando posicionamos la teleterapia como la plataforma principal que representa los tratamientos de salud mental digitales, confundimos un solo modo de atención con todo el espectro de opciones de salud mental digital. Si el objetivo es reducir la brecha en la salud mental, debemos empoderar a las personas brindándoles todas las opciones disponibles y asegurando una experiencia positiva para el paciente. Más importante aún, estos tratamientos no solo mejoran la elección del consumidor, sino que también brindan la oportunidad de mejorar la atención al reducir el estrés en los clínicos, quienes ahora pueden triar a los pacientes en función de la gravedad de sus síntomas y utilizar tratamientos en el hogar para permitir más tiempo para los pacientes que requieren atención intensiva.
Es hora de que nos demos cuenta de que no hay una panacea única para la salud mental; la necesidad de derribar barreras para las familias trabajadoras y las personas en pueblos rurales o comunidades desatendidas requiere que superemos una definición estrecha de la telemedicina. Al abrazar las innovaciones reembolsadas bajo los nuevos códigos, los pagadores y los proveedores pueden ampliar la atención a aquellos que tienen más dificultades con la terapia tradicional. Estamos en un momento crucial en la atención de la salud mental que exige una reevaluación honesta de lo que la salud mental digital puede lograr y exige la expansión del reembolso para aquellos tratamientos que actualmente no están cubiertos bajo los nuevos códigos del CMS.
Joseph Perekupka es el CEO de Freespira, la única empresa que ofrece un tratamiento terapéutico digital aprobado por la FDA y sin medicación, que ha demostrado reducir o eliminar los síntomas del trastorno de pánico, los ataques de pánico y el TEPT en 28 días. Joe es un líder de la atención médica probado con más de 25 años de experiencia comercial en múltiples roles de liderazgo y funciones en dispositivos médicos y salud digital. Juega un papel activo con organizaciones como la Alianza de Terapéuticas Digitales y las sociedades de DTx, donde mantiene roles de copresidente centrados en impulsar el crecimiento de la industria DTx, y está apasionado por crear un acceso equitativo a la atención para los pacientes de salud mental en todo el país.
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