NACIONES UNIDAS (AP) — Sudán del Sur está al borde de una nueva guerra civil, advirtió el principal funcionario de la ONU en la nación más joven del mundo el lunes, lamentando el repentino aplazamiento por parte del gobierno del último esfuerzo de paz.
Calificando la situación que se desarrolla en el país de “crítica”, Nicholas Haysom dijo que los esfuerzos internacionales para negociar una solución pacífica solo pueden tener éxito si el presidente Salva Kiir y su rival convertido en vicepresidente, Riek Machar, están dispuestos a comprometerse “y poner los intereses de su pueblo por delante de los suyos propios”.
Había grandes esperanzas cuando el rico en petróleo Sudán del Sur obtuvo su independencia de Sudán en 2011 después de un largo conflicto. Pero el país cayó en una guerra civil en diciembre de 2013, en gran medida basada en divisiones étnicas, cuando las fuerzas leales a Kiir, un dinka étnico, lucharon contra las leales a Machar, un nuer étnico.
Más de 40,000 personas murieron en la guerra, que terminó con un acuerdo de paz en 2018 que reunió a Kiir y Machar en un gobierno de unidad nacional. Según el acuerdo, las elecciones debían celebrarse en febrero de 2023, pero se pospusieron hasta diciembre de 2024, y nuevamente hasta 2026.
Las tensiones más recientes se originan en los combates en el norte del país entre las tropas gubernamentales y una milicia rebelde, conocida como el Ejército Blanco, que se cree ampliamente que está aliada con Machar.
A principios de este mes, un general sursudanés fue uno de los varios muertos cuando un helicóptero de las Naciones Unidas en una misión para evacuar a las tropas gubernamentales de la ciudad de Nasir, escenario de los combates en el estado del Alto Nilo, fue atacado. Días antes, el 4 de marzo, el Ejército Blanco conquistó la guarnición militar en Nasir y las tropas gubernamentales respondieron rodeando la casa de Machar en la capital, Juba, y arrestando a varios de sus aliados clave.
Haysom dijo que las tensiones y la violencia estaban aumentando “especialmente a medida que nos acercamos a las elecciones y la competencia política se intensifica y se agudiza entre los principales actores”.
Dijo que Kiir y Machar no confían lo suficiente el uno en el otro como para mostrar el liderazgo necesario para implementar el acuerdo de paz de 2018 y avanzar hacia un futuro que vea un Sudán del Sur estable y democrático.
“La desinformación, la información errónea y los discursos de odio están aumentando las tensiones y alimentando divisiones étnicas y el miedo”, dijo Haysom.
“Dada esta sombría situación”, dijo, “no nos queda otra conclusión que evaluar que Sudán del Sur está al borde de una recaída en la guerra civil”.
Haysom, quien encabeza la misión de paz de casi 18,000 miembros de la ONU en Sudán del Sur, advirtió que una recaída en la guerra abierta llevaría a los mismos horrores que asolaron el país, especialmente en 2013 y 2016.
Dijo que la ONU toma muy en serio la amenaza de la “transformación étnica” del conflicto.
Para intentar prevenir una nueva guerra civil, el enviado especial de la ONU dijo que la misión de mantenimiento de la paz está participando en una intensa diplomacia de acercamiento con socios internacionales y regionales, incluida la Unión Africana.
Haysom dijo que el mensaje colectivo de la comunidad regional e internacional es que Kiir y Machar se reúnan para resolver sus diferencias, regresen al acuerdo de paz de 2018, se adhieran al alto el fuego, liberen a los funcionarios detenidos y resuelvan las tensiones “a través del diálogo en lugar de la confrontación militar”.