Ha pasado mucho tiempo desde que Los Alcázares enfrentó un problema tan controvertido. La reciente decisión del Ayuntamiento de cerrar ‘El Chinguirito’, que había estado operando sin un permiso desde 1991, ha desatado un amplio debate.
Si bien reconociendo la reacción negativa, el Ayuntamiento mantiene que el cumplimiento legal fue el factor decisivo para cerrar un establecimiento que había sido un pilar del turismo y la vida social del municipio.
“Hace unos años, recibimos un informe que sugería que algunos quioscos podrían estar operando ilegalmente. Nueve quioscos habían estado en funcionamiento incluso antes de que se completara el paseo marítimo, siendo plenamente conscientes de que necesitaban regularizar su situación con respecto a los permisos.
Esto no fue solo una cuestión legal, sino también una cuestión de seguridad y garantizar las condiciones adecuadas para los usuarios”, explicó el alcalde Mario Pérez Cervera, quien ha enfrentado una semana desafiante lidiando con las consecuencias.
“Durante más de un año, hemos mantenido conversaciones regulares sobre este tema. Informamos a los propietarios que si tenían propuestas alternativas, estábamos abiertos a considerarlas”, añadió.
Sin embargo, el Ayuntamiento cree que la gestión de ‘El Chinguirito’ no anticipó completamente el cierre como una posibilidad real. Cuando se anunciaron los procesos de licitación para los quioscos, solo un licitador se presentó.
“Fue entonces cuando comenzaron las quejas administrativas. En noviembre y febrero de este año, solicitaron medidas cautelares, que el juez finalmente denegó”, dijo el alcalde. “Se les advirtió de manera informal”, explicó.
La reacción de la comunidad ha sido mixta, combinando la decepción con una comprensión de la necesidad legal. “Entiendo el sentimiento, y por eso hemos abordado este tema con sensibilidad. Hay tristeza porque ‘El Chinguirito’ es un lugar histórico, pero al mismo tiempo, debemos asegurarnos de que todos los negocios tengan igualdad de oportunidades de operar en la zona. Yo también habría deseado que permaneciera abierto”, admitió el alcalde.
Reflexionando sobre las implicaciones más amplias, añadió: “Establecimientos como ‘El Chinguirito’ soportaron lo peor de la pandemia y jugaron un papel crucial en revitalizar el entramado social y económico de Los Alcázares. Ahora que el Mar Menor está experimentando un resurgimiento en el turismo y el bienestar social, otro negocio eventualmente ocupará su lugar. Estas familias han contribuido significativamente al crecimiento de la zona, pero desafortunadamente, la ley no tiene en cuenta factores sentimentales o históricos. Sabíamos que esta decisión sería difícil, pero las obligaciones legales deben cumplirse. Cartagena está actualmente pasando por un proceso de licitación similar”, afirmó.