Eduardo Carrillo: Haciendo que el golf sea agradable para todos

Cuando la hija de cinco años de Eduardo Carrillo, Julia, le preguntó qué hacía para ganarse la vida, su respuesta fue simple: “Me aseguro de que la gente disfrute de su tiempo libre”. Esta dedicación ha sido su principio rector a lo largo de su carrera.

Graduado en Administración de Empresas con una maestría en Gestión de Instalaciones Deportivas y un diploma de Gerente de Club, Carrillo se inclinó naturalmente hacia la industria del deporte. Comenzó en 2006 en “Go and Golf”, un operador turístico de golf valenciano. Allí, su pasión por el deporte se reflejaba en su entusiasmo por su trabajo. “Siempre supe que quería trabajar en el deporte”, reflexiona. “En aquel entonces, no había tantas oportunidades”.

Después de su paso por el operador turístico, Carrillo se aventuró en la comercialización de la marca Joma, un patrocinador clave del Valencia Football Club. Este movimiento no fue del todo inesperado: Carrillo, un ex jugador de tenis amateur, pasó a ser portero durante sus años más jóvenes.

Su amor por el golf, sin embargo, floreció durante su primera lección con el instructor Rafa Pérez en Foressos Golf. “Di mi primer golpe, y algo hizo clic”, recuerda con una sonrisa. “A partir de ese momento, fue fiebre de golf. Cada almuerzo, cada fin de semana, corría a practicar, cualquier cosa para tener más tiempo de juego”. Carrillo incluso logró un respetable hándicap de 14.4. Desafortunadamente, los compromisos familiares y las limitaciones de tiempo obstaculizaron su capacidad para mantener ese nivel de juego. La pandemia también limitó sus rondas de ocio.

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En 2013, Carrillo asumió el cargo de gerente en el campo de golf Las Pinaíllas en Albacete, puesto que ocupó hasta 2023. Después de un año de consultoría y desarrollo empresarial dentro del sector deportivo, se unió al equipo de Lo Romero Golf en agosto de 2024. Aquí, tiene como objetivo aprovechar sus conocimientos y experiencia para elevar la experiencia del cliente.

“Se trata de crear un espacio para que la gente disfrute”, enfatiza. “Por eso estamos aquí. Me levanto todos los días para que la gente la pase bien”.

Carrillo ve su papel como facilitador de una operación fluida, asegurando una coordinación perfecta entre el maestro de caddies, el equipo de mantenimiento y otros departamentos, todo en servicio de ofrecer una experiencia de golf excepcional. También destaca el compromiso del campo con la sostenibilidad, evidenciado por sus certificados Aenor para la gestión de la huella de carbono y de agua.

“El campo en sí es uno de nuestros mayores activos”, reconoce Carrillo. “Su excelente diseño y altos estándares de mantenimiento lo hacen realmente especial. Seguiremos mostrando estas fortalezas”.

Su propia experiencia jugando en Lo Romero fue completamente positiva. “Es un campo que permite a los jugadores recuperarse de los errores”, explica, “y aún así salir sintiéndose satisfechos”. Tiene un lugar especial en su corazón para el hoyo 18, la icónica isla verde, pero reconoce que es probable que surjan otros favoritos con el tiempo.

“Salir del campo después de haber disfrutado de la experiencia, ese es el objetivo final”, concluye. Y “disfrutar” es un verbo que Eduardo Carrillo conjuga todos los días.

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