Dinamarca lucha por mantener la calma en medio de la crisis por la amenaza de Trump de tomar Groenlandia.

Denmark’s Prime Minister, Mette Frederiksen, has been assigned the responsibility of addressing Trump’s threat. The mood among Denmark’s politicians and business leaders matches the gloomy January weather in Copenhagen. Foreign Minister Lars Løkke Rasmussen stated that they are taking Trump’s threats seriously but have no intention of escalating tensions. Prime Minister Mette Frederiksen dismissed Trump’s suggestion of using military force to seize Greenland, emphasizing that she does not believe it will come to that. CEO of Danish Industry, Lars Sandahl Sorensen, also emphasized the importance of staying calm to avoid a trade war.

High-level meetings have been hastily organized in Copenhagen in response to Trump’s remarks, with Greenland’s leader, Mute Egede, meeting with Danish leaders. Despite the tension, Frederiksen has attempted to maintain a conciliatory tone, referring to the US as Denmark’s closest partner. She emphasized that any decision regarding Greenland’s future should be made by its people alone.

Frederiksen’s cautious approach aims to avoid escalating the situation and respect Greenland’s autonomy. However, some criticize her for not outright rejecting the idea of a US takeover of Greenland. The Greenland question is complex for Denmark, especially considering its history of colonialism in the region. Greenland’s push for independence has gained momentum, with concerns about the economic implications of such a move.

As Frederiksen navigates the delicate situation, international leaders, such as German Chancellor Olaf Scholz and French Foreign Minister Jean-Noël Barrot, have expressed support for the inviolability of borders. There is a sense of deep concern within the EU about how to handle the upcoming Trump presidency and its implications for global stability. Reuters Eso sacudiría todo, y Dinamarca solo sería una pequeña parte de ello.

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El sector comercial danés también ha sido envuelto por una profunda nerviosidad después de que Trump dijera que “impondría aranceles a Dinamarca a un nivel muy alto” si se negaba a ceder Groenlandia a los Estados Unidos.

Un estudio de la Industria Danesa en 2024 mostró que el PIB de Dinamarca caería tres puntos si Estados Unidos impusiera aranceles del 10% a las importaciones de la UE a EE. UU. como parte de una guerra comercial global.

Identificar productos daneses entre la gran cantidad de bienes de la UE sería casi imposible para Estados Unidos, y casi con certeza resultaría en medidas de represalia por parte de la UE. Pero los profesionales de la industria comercial no están tomando muchos riesgos, y en Dinamarca, al igual que en otras partes del continente, se están destinando grandes cantidades de recursos internos para planificar posibles resultados del segundo mandato de Donald Trump en la Casa Blanca.

A medida que se acerca su toma de posesión, los daneses se están preparando como pueden para capear la tormenta. Hay una esperanza cautelosa de que el presidente electo pronto podría cambiar su enfoque hacia quejas hacia otros socios de la UE, y que la cuestión de Groenlandia podría ser temporalmente dejada de lado.

Pero la inquietud provocada por la negativa de Trump a descartar la intervención militar para apoderarse de Groenlandia persiste.

Karsten Honge dijo que Dinamarca tendría que sufrir cualquier decisión que tome Estados Unidos.

“Solo necesitan enviar un pequeño buque de guerra para recorrer la costa de Groenlandia y enviar una carta educada a Dinamarca”, dijo, solo en parte en broma.

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“La última frase sería: bueno, Dinamarca, ¿qué vas a hacer al respecto?

“Esa es la nueva realidad con respecto a Trump.”

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