Un habilidoso ladrón de candados utilizó sus habilidades para descifrar códigos de combinación para llevar a cabo una ola de crímenes dirigidos a los amantes del gimnasio en Málaga.
El hombre de 36 años había estado enfocando su atención en un gimnasio local en el barrio de Teatinos durante semanas, dejando a las víctimas atónitas y confundidas al descubrir que sus pertenencias habían desaparecido de sus taquillas.
Siete denuncias separadas a la policía reportaron la desaparición de objetos incluyendo dinero en efectivo, teléfonos, carteras y joyas, con las víctimas desconcertadas ya que no había señales de entrada forzada.
Sus pertenencias parecían simplemente haberse esfumado.
No pasó mucho tiempo antes de que la policía dedujera que el ladrón debía estar descifrando los candados de combinación y luego volviéndolos a cerrar para evitar sospechas.
El sospechoso había estado utilizando un truco simple pero efectivo: inscribirse en pases de un día en el gimnasio.
Una vez dentro, se dirigía al vestuario, seleccionaba sus objetivos y luego hábilmente abría los candados de combinación.
Se presume que utilizaba técnicas habilidosas como sentir los cambios sutiles de tensión en los diales y escuchar los clicks y pasadores dentro del candado al girarlos.
La policía inició una investigación y los detectives pudieron identificar al sospechoso a través de grabaciones de CCTV y declaraciones de testigos.
El hombre, que se sabía que viajaba desde Granada para cometer sus crímenes, finalmente fue localizado y arrestado. Desde entonces ha comparecido ante el tribunal y ha sido puesto en prisión preventiva.