Después del COVID, China ya no es el “líder indiscutible” en la atracción de inversiones extranjeras directas.

Los riesgos de invertir en China están superando los beneficios, según el European Business in China Position Paper 2024/2025.

El presidente de la Cámara de Comercio de la UE en China, Jens Eskelund, dijo que el estatus de China como el “líder indiscutible” de la IED se está alejando aún más, al expresar “preocupación por que ahora haya un punto de inflexión”.

Los principales obstáculos que enfrentan las empresas extranjeras hoy en día no son necesariamente diferentes a los de hace diez años. El acceso al mercado y las barreras regulatorias han sido quejas recurrentes desde antes de la pandemia.

Sin embargo, en ese momento, el rápido crecimiento económico de China significaba que los beneficios superaban a los aspectos negativos. Esto hizo que China, con su infraestructura establecida y una gran oferta de mano de obra barata, estuviera bien posicionada para atraer IED.

Después de la pandemia, el consumo lento ha provocado un rezago en el crecimiento del país. El entorno para las empresas extranjeras también ha sido incierto en ocasiones. Redadas, estrictas normas sobre el manejo de datos y duras leyes antiespionaje que han llevado a trabajadores extranjeros a la cárcel, han hecho que el entorno de inversión sea más impredecible.

Se espera que el aumento de las políticas de control de exportaciones en el sector de los microchips y la informática avanzada en China “impacte significativamente a una proporción sustancial de empresas de la UE que operan en China”. Casi el 25% de los encuestados en la Encuesta de Confianza Empresarial de las Cámaras Europeas 2024 esperan que sus operaciones se vean afectadas, mientras que el 30% no está seguro de su posible impacto en sus negocios.

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También se ha acusado a China de fomentar el exceso de capacidad, donde la producción supera la demanda, lo que lleva a precios artificialmente bajos (esto ha sido especialmente cierto en el sector de los vehículos eléctricos). Si la inversión en el sector manufacturero continúa, junto con una baja demanda interna, llevará a mayores exportaciones y más fricciones comerciales, según Eskelund. El 42% de los miembros de la cámara afirman que están sufriendo este problema de exceso de capacidad.

Instó a los funcionarios gubernamentales a buscar un enfoque más equilibrado entre la oferta y la demanda y a centrarse en políticas que estimulen el consumo interno.