Funcionarios de la Unión Europea anunciaron el jueves que retrasarían los planes de aranceles de represalia después de la decisión abrupta del presidente Trump de pausar algunos de los gravámenes que había impuesto a Europa y gran parte del resto del mundo.
El anuncio de Trump, el miércoles, no proporcionó un alivio total a Europa. Los aranceles más altos siguen vigentes para los automóviles y metales clave, y un retraso no equivale a una cancelación. La incertidumbre es generalizada, cargando a consumidores y empresas en todo el continente.
Sin embargo, la medida señaló lo que los líderes europeos esperaban: una posible disposición a negociar.
El cambio de dirección de Washington se produjo horas después de que los funcionarios europeos aprobaran aranceles de represalia del 10 al 25 por ciento sobre aproximadamente $23 mil millones de importaciones estadounidenses. Pero dado el cambio estadounidense, los líderes de la UE dijeron el jueves que tomarían una pausa de 90 días.
“Si las negociaciones no son satisfactorias, nuestras contramedidas entrarán en acción”, anunció Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en un comunicado. “El trabajo preparatorio sobre nuevas contramedidas continúa”.
La administración Trump está específicamente pausando lo que ha llamado aranceles “recíprocos” – impuestos generalizados que se aplican en diferentes cantidades a diferentes países. Trump anunció esos gravámenes el 2 de abril, diciendo que la Unión Europea enfrentaría un gravamen del 20 por ciento. Con su cambio de rumbo el miércoles, es probable que el bloque en lugar de eso se enfrente a un arancel generalizado del 10 por ciento durante los próximos 90 días.
Pero los aranceles del 25 por ciento que Trump ha impuesto a los automóviles, acero y aluminio, parecen seguir vigentes, y la represalia que Europa aprobó el miércoles respondió a esos aranceles del sector metalúrgico, no a los aranceles que Trump ha retrasado ahora. El plan de represalia habría aplicado aranceles del 10 al 25 por ciento a una amplia gama de productos, incluidos frijoles de soja, mantequilla de maní y laca para el cabello.
Los funcionarios ahora “se tomarán un poco de tiempo para pensar, analizar y reflexionar”, dijo Olof Gill, portavoz de la Comisión Europea, en una conferencia de prensa el jueves.
Los funcionarios de la Casa Blanca habían manifestado optimismo de que la represalia de Europa no comenzaría el 15 de abril, como había sido el plan original.
“Creo que lo que va a suceder es que se pospondrán durante 90 días, para que tengan tiempo de negociar con el presidente sin tener algo pendiendo sobre sus cabezas”, dijo el secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick, el miércoles.
La administración Trump cambió de opinión a medida que los mercados se desplomaban, pero dejó en claro que planea trabajar hacia acuerdos durante la pausa parcial, lo que podría ser una buena noticia para los formuladores de políticas europeos que han querido hablar.
Los funcionarios europeos han estado tratando durante semanas de convencer a sus homólogos estadounidenses para negociar. Von der Leyen ha sugerido en los últimos días repetidamente que tanto Europa como EE. UU. deberían eliminar los aranceles sobre productos industriales, incluidos los automóviles, hasta cero.
“Los aranceles son impuestos que solo perjudican a las empresas y a los consumidores”, dijo en un comunicado el miércoles. “Por eso he abogado consistentemente por un acuerdo de aranceles cero entre la Unión Europea y Estados Unidos”.
Gill, el portavoz de la UE, dijo que sería posible “mirar hacia otras áreas en el futuro” para aranceles cero, dependiendo de la apertura de América.
Hasta ahora, sin embargo, ha habido un progreso limitado hacia un avance. Los europeos han descubierto que los estadounidenses quieren reorganizar el sistema de comercio global, no solo lograr algunas victorias rápidas y volver a la normalidad.
Tampoco ha terminado el dolor para Europa. EE. UU. mantiene aranceles duros sobre China, lo que podría enviar una avalancha de productos baratos hacia el continente. Los gravámenes dolorosos que están afectando al sector automotriz alemán siguen vigentes. Y los europeos siguen preocupados por la posibilidad de aranceles farmacéuticos de Estados Unidos, que podrían afectar duramente lugares como Irlanda y Dinamarca.
Dada toda la incertidumbre persistente, Europa sigue tomando un enfoque de múltiples facetas.
Se ha ofrecido a negociar con EE. UU. incluso mientras mantiene la represalia sobre la mesa. Ha trabajado para cerrar acuerdos comerciales con nuevos socios. Y ha avanzado en los esfuerzos para reducir la burocracia y aumentar la industria a nivel nacional.
Von der Leyen enfatizó el jueves que Europa continuaría con tales estrategias, que tienen como objetivo hacer que el bloque sea menos dependiente de un Estados Unidos cada vez más voluble.
Habló con líderes de Canadá, Nueva Zelanda y Emiratos Árabes Unidos el jueves, lo último en una serie de llamadas mientras ella y la Comisión Europea trabajan para fortalecer las relaciones comerciales con otros aliados.
“Esta crisis ha dejado una cosa clara”, dijo. “En tiempos de incertidumbre, el mercado único es nuestro ancla de estabilidad y resistencia”.
Porque incluso cuando Europa pausó, estaba claro que los funcionarios seguían operando en un ambiente de caos. Cuando se le preguntó qué aranceles se retrasaron y cuáles permanecían en juego, Gill fue franco al decir que estaba ofreciendo su mejor conjetura.
“Perdóname si me equivoco”, dijo. “Las cosas se mueven rápido. En este momento, todos estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo”.