Cuando se trata de diagnosticar la obesidad, el IMC (índice de masa corporal) ha sido la herramienta principal utilizada por los profesionales de la salud. Sin embargo, tiene fallas conocidas, como no medir la distribución de grasa y la salud metabólica general. Debido a esto, depender del IMC puede resultar fácilmente en un diagnóstico erróneo, como etiquetar a personas en forma y musculosas como con sobrepeso.
Revisión de la Definición de la Obesidad
Los investigadores de un estudio publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology ahora están pidiendo un cambio en cómo se diagnostica y trata la obesidad. Bajo este modelo, una persona con un IMC alto pero sin disfunción metabólica no sería técnicamente clasificada como obesa, mientras que alguien con un IMC “normal” que tiene daño orgánico debido al exceso de grasa sería diagnosticado como clínicamente obeso.
• Las deficiencias del IMC — Los investigadores señalan que el IMC solo es un predictor pobre de la salud. En cambio, proponen un nuevo marco que distingue entre obesidad “preclínica” y “clínica”, con un mayor énfasis en identificar las deficiencias funcionales causadas por el exceso de grasa corporal en lugar de solo el peso.
• El IMC no proporciona un diagnóstico preciso — Como señalan los investigadores: “Para mitigar el riesgo de tanto el exceso como el defecto en el diagnóstico de la obesidad, el exceso de adiposidad debe ser confirmado por al menos otro criterio antropométrico (por ejemplo, circunferencia de cintura) o por medición directa de grasa cuando esté disponible.
Sin embargo, en personas con niveles de IMC sustancialmente altos (es decir, >40 kg/m2), el exceso de adiposidad puede asumirse de manera pragmática. La confirmación del estado de obesidad define un fenotipo físico, pero no representa un diagnóstico de enfermedad per se.”
• Obesidad visual versus obesidad clínica — Profundizando en las definiciones de obesidad, los investigadores argumentan a favor de un diagnóstico más profundo antes de recomendar intervenciones de salud. “Las personas con obesidad confirmada (es decir, con exceso de adiposidad clínicamente documentado) deben ser evaluadas para posible obesidad clínica basada en hallazgos de historia clínica, examen físico y pruebas de laboratorio estándar u otras pruebas diagnósticas según corresponda.
Como con otras enfermedades crónicas, el tratamiento basado en evidencia de la obesidad clínica debe iniciarse de manera oportuna con el objetivo de mejorar (o remitir, cuando sea posible) las manifestaciones clínicas”, dijeron los investigadores.
• Obesidad preclínica — Aquellos que son diagnosticados con obesidad preclínica no “requieren generalmente tratamiento con medicamentos o cirugía, y pueden necesitar solo monitoreo de la salud con el tiempo y asesoramiento de salud si el riesgo de progresión a obesidad clínica u otras enfermedades se considera suficientemente bajo.
El Modelo del IMC Está Fallando a Millones de Personas
Una de las revelaciones más sorprendentes del estudio de The Lancet es el grado en que el diagnóstico de la obesidad basado en el IMC ha llevado tanto a un exceso como a un defecto en el diagnóstico.
• El IMC no es preciso — El estudio encontró que las personas con una masa muscular alta a menudo son clasificadas erróneamente como obesas, a pesar de no tener disfunción metabólica. Mientras tanto, aquellos con IMC “normal” pero con exceso de grasa visceral y anormalidades metabólicas a menudo son pasados por alto, retrasando una intervención crítica.
• Los peligros del diagnóstico erróneo del IMC — Aunque parezca una falla menor, un diagnóstico erróneo tiene consecuencias graves para la salud. Muchas personas etiquetadas como obesas solo por el IMC enfrentan tratamientos médicos innecesarios, dietas restrictivas e incluso cirugías de pérdida de peso cuando su salud metabólica real no justifica estas intervenciones.
Por otro lado, aquellos con disfunción metabólica no detectada pierden la oportunidad de un tratamiento temprano, aumentando su riesgo de diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular y otras afecciones crónicas.
El Estigma del Peso Está Dificultando la Atención Médica
Otro hallazgo importante del estudio es que el estigma del peso en el campo médico contribuye al diagnóstico erróneo y a resultados deficientes en el tratamiento. Aquellos afectados con disfunción metabólica relacionada con la obesidad evitan buscar atención médica debido a experiencias pasadas de ser juzgados o ignorados por su peso. Además, el estigma los lleva a rechazar el tratamiento, incluso recurriendo a comer más para hacer frente al estrés psicológico.
• La carga psicológica causada por el estigma — Según el estudio, “El estigma del peso afecta adversamente la salud mental y física más allá de la obesidad misma a través del estigma internalizado, el estrés, el aislamiento social, la baja autoestima, la ansiedad, la depresión y el abuso de sustancias.”
• El estigma alrededor de la obesidad aumenta los riesgos para la salud — Las personas obesas tienen un mayor riesgo de atracones, comer emocionalmente y disfrutar de alimentos poco saludables. Esto aumenta el riesgo de aumento de peso y otras complicaciones relacionadas con la obesidad.
Para cambiar las cosas, el estudio enfatiza que la obesidad debe tratarse como una condición médica, no como un fracaso personal. Además, cambiar a un diagnóstico basado en la función ayudará a reducir el estigma y alentar a más personas a buscar tratamiento médico.
• Abordar la obesidad requiere un cambio en la sociedad — Según la Comisión que realizó el estudio de The Lancet, “Las instituciones académicas, organizaciones profesionales, medios de comunicación, autoridades de salud pública, asociaciones de pacientes y gobiernos deben fomentar la educación sobre el estigma del peso y facilitar una nueva narrativa pública de la obesidad, consistente con el conocimiento científico moderno.”
• No se trata solo de la pérdida de peso — Los proveedores de atención médica a menudo asumen que la pérdida de peso es la solución universal para todos los pacientes obesos, incluso cuando el problema subyacente es la disfunción metabólica en lugar del peso en sí. El estudio destaca que tratar la obesidad no se trata de forzar la pérdida de peso, sino de mejorar la salud metabólica y funcional.
¿Eres Obeso?
Si has estado utilizando el IMC como base para la obesidad, el estudio de The Lancet es un cambio de juego. Significa que en lugar de centrarse en los criterios rígidos del modelo del IMC, es mejor prestar atención a los biomarcadores que realmente indican un riesgo para la salud.
• Revisa tu diagnóstico — Si un profesional de la salud te diagnosticó previamente con obesidad solo en base al IMC, sería prudente buscar pruebas adicionales para evaluar tu salud metabólica, incluidos los niveles de azúcar en la sangre, los marcadores inflamatorios y las exploraciones de composición corporal.
• No asumas que estás sano si tienes un IMC normal — Por otro lado, si tienes un IMC normal pero luchas con fatiga, resistencia a la insulina o problemas de salud inexplicados, la acumulación de grasa oculta podría ser la culpable.
Según los investigadores de The Lancet, “Las medidas actuales basadas en el IMC pueden subestimar y sobreestimar la adiposidad y proporcionar información inadecuada sobre la salud a nivel individual, lo que socava enfoques médicamente sólidos para la atención médica y las políticas de salud.”
Dicho esto, ¿cómo comienzas para una medición más precisa de la obesidad? El cuadro a continuación proporciona una imagen más precisa de los niveles de grasa visceral y el riesgo de enfermedad. Es importante que hagas un seguimiento de los cambios en esta relación a medida que realices modificaciones en tu estilo de vida para asegurarte de que estás reduciendo la grasa abdominal dañina. Para obtener la relación, divide tu medida de cintura por tu medida de cadera, luego usa los valores a continuación como referencia:
Relación Cintura-Cadera
Hombres
Mujeres
Ideal
0.8
0.7
Riesgo Bajo
<0.95
<0.8Riesgo Moderado
0.96 – 0.99
0.81 – 0.84
Riesgo Alto
>1.0
>0.85
Otra medida que puedes utilizar es la relación cintura-altura. Para calcular el valor:
• Fórmula cintura-altura — Divide tu circunferencia de cintura por tu altura, asegurándote de que ambas medidas estén en la misma unidad, ya sea pulgadas o centímetros. Por ejemplo, si tu cintura mide 32 pulgadas y tu altura es de 64 pulgadas, tu relación cintura-altura sería de 0.50 (32 ÷ 64 = 0.50).
• La relación ideal para adultos — Una relación cintura-altura ideal para adultos se encuentra entre 0.40 y 0.49, indicando un rango saludable. Una relación por debajo de 0.40 puede sugerir bajo peso, mientras que una relación entre 0.50 y 0.59 indica exceso de peso y un mayor riesgo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares. Una relación de 0.60 o más indica obesidad y un riesgo significativamente mayor para la salud.
• No olvides la relación de cintura-altura de tu hijo — También es prudente verificar la relación cintura-altura de tu hijo de vez en cuando. Para niños de 6 a 18 años, una relación por debajo de 0.46 se considera saludable, mientras que cualquier valor por encima de este umbral sugiere un mayor riesgo de problemas de salud relacionados con la obesidad.
Abordando la Raíz de la Obesidad
Nuevamente, la obesidad no se trata solo de pertenecer a una categoría de IMC particular — se trata de cómo el exceso de grasa afecta tu salud metabólica, la función de los órganos y tu bienestar general. Para abordar verdaderamente la causa raíz de la obesidad y sus problemas relacionados, cambiar el enfoque de simplemente perder peso a mejorar cómo funciona tu cuerpo es clave. Aquí están mis recomendaciones para ayudarte a comenzar a hacer cambios significativos:
1. Cambia tu enfoque de la pérdida de peso a la salud metabólica — El manejo de la obesidad no se trata solo de hacer más pequeño el número en la balanza, también se trata de prestar atención a tus marcadores de salud.
Si tu energía es baja, tu azúcar en la sangre es inestable o estás experimentando problemas relacionados con la inflamación, concéntrate en ellos primero. Realiza una prueba de insulina en ayunas, verifica tu puntaje HOMA-IR (una prueba que evalúa la resistencia a la insulina) y evalúa tus relaciones cintura-cadera y cintura-altura para tener una imagen más clara de tu estado. El objetivo no es solo perder peso, sino mejorar cómo tu cuerpo procesa los nutrientes, maneja la energía y apoya funciones vitales.
2. Prioriza los carbohidratos adecuados para una mejor sensibilidad a la insulina — Tu metabolismo prospera con el tipo correcto de carbohidratos, no con la restricción. Si has estado siguiendo dietas bajas en carbohidratos o protocolos de ayuno, es hora de repensar tu enfoque.
La mayoría de los adultos necesitan entre 250 y 300 gramos de carbohidratos diarios de fuentes alimenticias integrales para apoyar una función metabólica óptima, especialmente si eres activo. Comienza introduciendo almidones fácilmente digeribles como frutas enteras y arroz blanco.
3. Elimina la grasa oculta que interrumpe tu metabolismo — El consumo excesivo de aceites vegetales (también conocidos como aceites de semillas) está saboteando tu salud desde adentro hacia afuera. Fomenta la inflamación, lo que a su vez afecta la función mitocondrial y promueve el almacenamiento de grasa en todos los lugares equivocados.
Para eliminar los aceites vegetales de tu vida, evita todas las formas de alimentos procesados, comidas de restaurantes e incluso alternativas “saludables” como mantequillas de nueces y aperitivos a base de semillas. En su lugar, utiliza grasas saludables como mantequilla de vacas alimentadas con pasto, sebo y ghee. El aceite de coco también es una alternativa viable para cocinar comidas saludables en casa. Concéntrate también en comer alimentos enteros y nutritivos para restaurar tu salud celular.
4. Corrige tus deficiencias de micronutrientes — Si tus niveles de energía están bajando, considera realizar pruebas para ciertas deficiencias de micronutrientes. El magnesio y la vitamina D, por ejemplo, desempeñan roles clave en el metabolismo, y las deficiencias en estos dificultan que tu cuerpo regule adecuadamente la grasa.
Para optimizar tu vitamina D, obtén exposición solar diaria al mediodía solar, pero solo después de eliminar los aceites vegetales de tu dieta durante al menos seis meses, ya que estos aceites aumentan significativamente tu riesgo de quemaduras solares y daño en la piel. Para obtener instrucciones más detalladas, lee “La Deficiencia de Vitamina D Complica las Enfermedades Autoinmunes”.
5. Entrena a tu cuerpo para quemar energía de manera eficiente — Si te han dicho que más ejercicio es la clave para solucionar la obesidad, te han engañado porque es solo una pieza del rompecabezas. El problema no es la falta de movimiento. La obesidad se deriva de la regulación a la baja de tu tasa metabólica debido a una dieta poco saludable y la exposición a toxinas ambientales.
En otras palabras, la mayoría de los estadounidenses tienen metabolismo lento mientras consumen demasiadas calorías poco saludables y llevan estilos de vida poco saludables, contribuyendo al aumento de peso.
Además de las recomendaciones mencionadas anteriormente, una forma de aumentar tu tasa metabólica es centrarte en el entrenamiento de fuerza. Este tipo de ejercicio le indica a tu cuerpo que dirija los nutrientes hacia el crecimiento y la reparación muscular en lugar de almacenar grasa.
Además, te animo a dar paseos todos los días para ayudar a mejorar tu estado físico en general. Para obtener una visión más profunda de cómo el simple acto de caminar ayudará a mejorar tu salud, lee mi artículo “Entrenamiento de Caminata a Intervalos — Más Allá del Recuento de Pasos”.
Preguntas Frecuentes sobre la Reconsideración de la Obesidad y el Modelo del IMC
P: ¿Por qué el IMC es una forma inexacta de diagnosticar la obesidad?
R: El IMC es una medida defectuosa porque solo considera el peso y la altura sin evaluar la distribución de grasa o la salud metabólica. Esto lleva a un diagnóstico erróneo — las personas musculosas son etiquetadas como obesas, mientras que las personas con IMC normal pero con alta grasa visceral no son diagnosticadas a pesar de tener disfunción metabólica.
P: ¿Cuál es el nuevo enfoque para diagnosticar la obesidad?
R: Los investigadores proponen un cambio del diagnóstico de la obesidad basado en el IMC a un modelo basado en la función. Este modelo distingue entre obesidad preclínica (exceso de grasa sin problemas metabólicos) y obesidad clínica (exceso de grasa causando daño orgánico o disfunción metabólica). En lugar