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El jueves finalmente comenzarán las negociaciones para el nuevo convenio colectivo que afecta a unos 180,000 trabajadores en la industria hotelera de Baleares. Este convenio entrará en vigor a partir del primero de abril de este año y actualizará el convenio existente que era por dos años; estos convenios suelen tener una duración de cuatro años.
La hostelería es el sector de empleo más grande de las Baleares, y como el convenio está directamente relacionado con el turismo, atrae mucha más atención que convenios similares para sectores como el comercio minorista, la construcción o la agricultura. Los dos convenios más recientes fueron considerados ‘históricos’ debido a la magnitud de los aumentos salariales y la introducción de medidas para reducir la carga de trabajo, por ejemplo, el convenio de 2023 en cuanto al trabajo de las camareras de piso. A finales de 2017, la Federación Hotelera de Mallorca sorprendió a los sindicatos y al Gobierno de las Baleares al abrir las negociaciones con la oferta de un aumento salarial del 17% en cuatro años (2018-2022). Los sindicatos estaban buscando un diez por ciento. Las negociaciones se resolvieron en tiempo récord.
La pandemia afectó a ese convenio y a la programación de su revisión. El de 2023 fue algo así como una medida provisional, un aumento salarial del 8.3% en dos años que reflejaba el convenio de 2017 en que contenía un año con un aumento del cinco por ciento; el convenio de 2017 tenía dos años con un cinco por ciento.
Antes de 2017 nunca había habido un aumento tan alto como el cinco por ciento. En esta ocasión, los sindicatos quieren otro convenio ‘histórico’ que supere el cinco por ciento, ya sea por un año o más. Los sindicatos también presionarán por una serie de medidas sobre las condiciones de trabajo. En lo más alto de la lista está una reducción de la semana laboral.
Aunque el Gobierno español ha anunciado una semana laboral de 37.5 horas, sujeta a la aprobación del Congreso, los dos principales sindicatos involucrados en las negociaciones de hostelería han establecido sus posiciones para 37.5 horas y para 35 horas. La CCOO quiere 37.5 mientras que la UGT quiere 35. La UGT tiene una mayor representación en la mesa de negociación que la CCOO. Ambos sindicatos tienen peso, pero la voz más poderosa es la de la UGT. En la antesala de las negociaciones, la UGT ha hablado en términos de sus ‘líneas rojas’ – un aumento del cinco por ciento es una, la semana laboral de 35 horas es otra.
Los empleadores han rechazado ambas demandas. Sin embargo, los empleadores no están representados de manera equitativa. Incluyen a las federaciones hoteleras de Mallorca, Menorca e Ibiza/Formentera, la Asociación de Restaurantes de CAEB, cuerpos similares para bares y restaurantes de las otras islas, y la asociación nocturna ABONE. Con tal representación, en teoría los hoteleros de Mallorca y la UGT podrían llegar a un acuerdo mayoritario que los demás tendrían que seguir. Aunque esto es muy poco probable que suceda, esta ponderación resalta la naturaleza secundaria de los restaurantes y la vida nocturna en particular. No estaban contentos ni con el convenio de 2017 ni con el de 2023.
En lo que respecta al gobierno, el Partido Popular ha dicho que adoptará un enfoque de no intervención en las negociaciones. Esto contrastará con 2017 y 2023, cuando el gobierno liderado por el PSOE estuvo muy involucrado. Una preocupación al entrar en las negociaciones es que el gobierno tendrá que involucrarse. Las dos partes – empleadores y sindicatos – parecen estar muy distantes, lo que plantea el espectro de posibles acciones industriales.
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