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Se podía esperar. El decreto ley del Gobierno balear sobre medidas de contención turística, aprobado por el gabinete el viernes, ha recibido duras críticas de la oposición de izquierdas. En el centro de esto se encuentra una diferencia fundamental entre el Partido Popular (respaldado por Vox) y el principal partido de la oposición, el PSOE, además de otros de izquierdas. Se reduce a la falta de crecimiento en la oferta de plazas de alojamiento (camas) frente a una disminución.
El viernes, Francina Armengol, presidenta del Congreso y secretaria general del PSOE en las Islas Baleares, acusó al gobierno de Prohens de “engañar” al público porque el decreto llevará a la creación de “más alojamientos turísticos” y generará “más saturación y especulación urbanística”.
“Ella (Prohens) escenificó un pacto falso por la sostenibilidad, una farsa. Es el mismo viejo PP con las mismas políticas de siempre. El decreto ignora el hecho de que había un amplio acuerdo social y político sobre la clara necesidad de una disminución en los alojamientos turísticos para hacer posible el derecho a la vivienda. No deberían haber apartamentos disponibles para alquileres vacacionales. Se necesitan apartamentos para que los trabajadores puedan acceder a una vivienda digna.”
Según Armengol, el decreto solo beneficiará a “dos grupos muy específicos que no representan a la mayoría social” en las Islas Baleares: el sector hotelero y el de alquiler vacacional.
El PP ha argumentado, no sin justificación, que fue el gobierno de Armengol cuando Biel Barceló de Més era consejero de Turismo (en 2017), el que provocó un gran crecimiento en el número de plazas de alojamiento. Principalmente para el sector de alquiler vacacional, son estos los que están en el centro de la controversia. Cabe señalar que Barceló no inventó estos lugares, ya que había disposiciones para ellos en la legislación existente.
Sin embargo, Armengol dice que al eliminar la moratoria sobre plazas de alojamiento, introducida por su gobierno en 2022, se producirá una “perpetuación” de 145.000 plazas más en el mercado: 96.000 fueron regularizadas temporalmente por Barceló pero estaban al borde de desaparecer, y el resto que seguían activas pero afectadas por la moratoria.
Ferran Rosa de Més explica que las medidas de Barceló incluían un mecanismo de “dos por uno” para el intercambio de plazas de alojamiento: se obtiene una y deben desaparecer dos, así como una “amortización” de plazas no adquiridas a través del sistema de intercambio. Al eliminar estas medidas, habrá una “consolidación” del número de plazas.
Añade que la exención de planificación urbanística para hoteles prevista en el decreto equivale a una continuación del “saqueo del territorio” y no implica un “crecimiento en calidad”. “Mientras el gobierno se dedica a un ejercicio de humo y espejos, los habitantes de Mallorca son los que sufren el colapso día tras día, año tras año, en las calles, carreteras, playas y en todas partes.”
El secretario general del sindicato CCOO en las Islas Baleares, José Luís García, al menos reconoce la intención del gobierno. “Es bueno intentar no crecer, pero no es suficiente. Existe un problema más que evidente de saturación, por lo que debemos comenzar a regular esta cuestión de manera diferente.” En su opinión, la oferta de plazas de alojamiento debe reducirse.