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En el Mercat de l’Olivar en Palma, hay un ambiente bullicioso. La guía gastronómica Deborah Piña comienza su recorrido gastronómico para turistas con unas palabras sobre este emblemático mercado: “El Mercado del Olivar se construyó hace 50 años. Aquí podrán sumergirse en la identidad mediterránea de Mallorca”, dice Piña, quien se ha propuesto acercar a los visitantes a la cultura de su tierra presentando la cocina de la isla.
“Estos son tomates Ramallet”, dice Piña, señalando una multitud de pequeños frutos amarillo-rojizos, unidos y colgando del techo de un puesto de verduras. “Aunque llegaron a la isla desde América en el siglo XVI, ahora son una parte importante de nuestra agricultura.” Explica que el color amarillento no es señal de que estén verdes. Más bien, los identifica como una variedad antigua: después de todo, el tomate original era pequeño y amarillo.
“Además, la forma en que se almacenan los tomates Ramallet muestra cómo los mallorquines lograron mantener este ingrediente esencial para casi todos los platos fresco durante hasta nueve meses en invierno”, dice Piña, quien estudió derecho y sociología y trabajó en periodismo.
¿Cómo es que alguien con un trasfondo profesional tan diferente ahora ofrece tours de experiencia culinaria? “Conocí mi tierra desde una perspectiva diferente”. Es hija de madre francesa y padre mallorquín. “Solo me di cuenta de las interesantes tradiciones a mi alrededor después de estudiar en Barcelona y pasar tiempo en Francia”. Fue entonces cuando se involucró más profundamente con la cultura y descubrió cuánto le fascinaban e inspiraban las prácticas tradicionales. “No soy la única que viene de un campo diferente. Esto se ha convertido en una verdadera tendencia”, concluye, refiriéndose a muchos isleños que, a pesar de tener educaciones completamente diferentes, se han propuesto presentar tradiciones antiguas de una manera moderna. “Un agricultor tradicional probablemente no entiende de marketing. Pero alguien que cambió de carrera puede promocionar sus productos agrícolas de manera diferente”.
La periodista Sibylle Tiessen, que lidera esta serie de retratos sobre mallorquines, está especialmente contenta con la protagonista del episodio 24: “Piña es el prototipo de mi serie de videos. Es un ejemplo clásico de los isleños innovadores. Con sus nuevas ideas, construye puentes entre locales y visitantes”.
La clase de cocina también incluye una visita y compras en el mercado del Mercat de l’Olivar en Palma.
En sus recorridos, Piña lleva a sus huéspedes a una panadería histórica del siglo XVIII, donde se ha instalado una cocina “como de antaño”. “Aquí vamos a preparar una ‘Coca de Verduras’”, anuncia, refiriéndose a un pan plano similar a la pizza cubierto con verduras pero sin queso. Sus clientes, una pareja de Alemania, se ponen manos a la obra. El marido prepara la masa bajo la guía de Piña y la extiende en un molde para hornear. La esposa corta los ingredientes principales como espinacas y acelgas y aprende a hacer el aliño para las verduras.
Piña explica ingredientes típicos y autóctonos de la isla, como el polvo de pimiento rojo ‘Tap de Cortí’, que se utiliza en casi todos los platos.
Antes de que las hojas sazonadas se coloquen en la masa y se horneen, Piña explica el significado del polvo de pimiento rojo. “Los pimientos Tap de Cortí solo se cultivan en la isla y se procesan en una especia”. Describe el polvo como ligeramente cítrico y sin humo. “Le da a los platos su aroma, sabor y color característicos”.
Por último: para coronarlo todo, los platos preparados juntos se disfrutan en buena compañía.
Una vez terminado el trabajo, todos comparten la Coca juntos. Piña también muestra a los participantes cómo los mallorquines untan su pan. Frota la pulpa de un tomate Ramallet en una rebanada tostada hasta que solo quede la piel gruesa.
El hombre prueba el pan y la Coca, chasquea la lengua en señal de aprobación y hace una predicción: “A los niños definitivamente les gustarán estas verduras también”. Y una vez más, Piña ha logrado transmitir un pedazo de la cultura mallorquina.
Cooperación con TUI
Apoyo de la industria turística: el proyecto de video está patrocinado por el grupo turístico líder en Europa, TUI, y su Fundación TUI Care. La iniciativa se fundó en 2016 con el objetivo de apoyar proyectos sostenibles en los destinos. La fundación se centra en el potencial del sector turístico como motor del desarrollo social, educativo y de prosperidad. El Grupo promueve el turismo sostenible en colaboración con la población local.
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