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Parece que el uso de teléfonos móviles en las escuelas es un tema algo polémico en toda Europa, con países que adoptan posturas diferentes al respecto. Por ejemplo, Francia decidió recientemente probar una prohibición total de teléfonos móviles en 200 escuelas secundarias, requiriendo que los estudiantes entreguen los dispositivos durante la recepción matutina. Si se demuestra exitoso, tienen la intención de implementar la prohibición en todas las escuelas a partir de enero de 2025.
Por otro lado, en Hungría un profesor se vio obligado a renunciar cuando se negó a implementar la prohibición del gobierno de los teléfonos inteligentes en las aulas. En respuesta, miles de húngaros se reunieron en Budapest para protestar contra su destitución, argumentando que prohibir los teléfonos es un modelo obsoleto que no refleja la sociedad moderna.
Inglaterra es el último país en pronunciarse sobre este asunto. Su gobierno acaba de descartar imponer una prohibición sobre el uso de teléfonos móviles en las escuelas, a pesar de la creciente preocupación de padres y maestros. En cambio, han trasladado la responsabilidad a los maestros, afirmando que ya tienen la autoridad para controlar el uso de dispositivos móviles en las aulas y que no sería práctico que el estado intervenga.
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En cuanto a España, las reglas varían entre las comunidades autónomas. Por ejemplo, Castilla-La Mancha fue una de las primeras en prohibir los teléfonos en el aula. En Galicia, prohibieron el uso de teléfonos en los terrenos de todas las escuelas a partir de enero de 2024. Sin embargo, en Madrid, se permiten teléfonos y tabletas, pero solo con fines educativos.
Ante opiniones tan divididas, Euro Weekly News le preguntó a sus lectores: “¿Debería prohibirse el uso de teléfonos móviles en las escuelas?”
Varios lectores respondieron rápidamente que sí, incluida Carole Penman, quien agregó: “Sí, están allí para aprender, no para jugar”.
Otros, como Christine Boyden, también estuvieron de acuerdo, afirmando: “No veo motivo para que los necesiten mientras están en la escuela. Es una distracción total del trabajo escolar. Entregar al principio del día y recoger al final del día”.
Karen Poland compartió: “La escuela de mi hija les exige entregarlos a su llegada y recuperarlos al salir. No entregarlos resulta en detenciones. La escuela entiende que los niños que llegan en autobús necesitan teléfonos para notificar a los padres de retrasos, etc.”
Sin embargo, Deb Horses expresó una opinión diferente: “¡NO! ¡Enseñen a los niños a usarlos como un lugar para encontrar información para la clase. El maestro hace una pregunta; el estudiante busca respuestas. El primero en responder es el ganador. ¡Aprende a usarlo como una herramienta positiva!”
Hans Reis planteó una pregunta interesante cuando dijo: “Si decimos que sí, ¿apagamos nuestros teléfonos en el trabajo?”
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