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Es nuestra mente subconsciente la que segrega los alimentos que ingerimos y los asigna según las necesidades de nuestro cuerpo.
El término “mente sobre la materia” es familiar para la mayoría de nosotros. Somos cada vez más conscientes del poder de la mente para sanar nuestros cuerpos y mejorar el espíritu. Y, por supuesto, escuchamos acerca de la mente consciente y la mente subconsciente. De hecho, solo hay una mente, dividida en dos entidades, cada una con un propósito bastante diferente. Y estas entidades normalmente se refieren como la mente consciente y la mente subconsciente.
La mente consciente es la parte de aprendizaje, razonamiento y elección. Nos permite absorber conocimiento, pensar, tomar decisiones y sobrevivir día a día. Se comunica con el mundo exterior a través de los cinco sentidos. También se comunica con la mente subconsciente.
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La función de la mente subconsciente es doble. Primero, controla las funciones del cuerpo; latido del corazón, respiración, digestión, circulación y curación natural, independientemente del control consciente. Percibe por intuición. Su segunda función es recibir instrucciones de su contraparte consciente. Como no puede razonar, acepta esta información, ya sea positiva o negativa, verdadera o falsa.
Aunque esto puede parecer ingenuo, la mente subconsciente tiene el poder de llevar a cabo la entrada y hacerla realidad. Todos poseemos este poder; se trata de aprender a cómo usarlo. El subconsciente también controla el cerebro, que es uno de los órganos físicos tangibles. Nunca duerme y nos mantiene en contacto con la inteligencia universal.
Fue la mente subconsciente la que modeló y formó todos nuestros órganos a partir de una célula original diminuta. Como creó nuestro cuerpo y sus funciones, entonces ciertamente puede restaurar, controlar y sanarlos, cada célula, nervio, tejido, músculo y hueso. Y lo hará, si se le proporciona el estímulo, el concepto de salud perfecta, desde la mente consciente.
Uno de los ejemplos más conocidos es el caso de Madame Bire, curada de ceguera en Lourdes. Médicos especialistas testificaron que sus nervios ópticos, que transmiten información visual desde la retina al cerebro, estaban dañados e inútiles. No había nada que pudieran hacer. Sin embargo, su fe le permitió comunicar la instrucción necesaria a su mente subconsciente y esta actuó en consecuencia. Los nervios se repararon pronto y su vista fue restaurada. Hay innumerables ejemplos similares.
La mente subconsciente tiene control completo sobre las funciones, condiciones y sensaciones del cuerpo. Nuestros cuerpos están compuestos por lo que ingerimos. La composición de los alimentos y bebidas se distribuye a la sangre, la piel y todos los órganos internos, cada uno de los cuales se beneficia y depende de los ingredientes relevantes digeridos. Es la mente subconsciente la que segrega y asigna los componentes de lo que comemos.
Así como tu cuerpo puede ser sanado, también puede serlo tu mente consciente. Puede experimentar alegría, confort y armonía sin necesidad de comprender científicamente los poderes y fuerzas involucradas.
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