Durante meses después de la guerra entre Israel y Hezbollah que devastó el sur del Líbano, la familia Alawieh solía visitar una ladera cerca de su casa en ruinas para intentar ver lo que quedaba.
Sus olivos habían desaparecido. También lo habían hecho sus cabras, y los huertos de limón e higuera que habían tardado años en dar frutos. Su casa era solo un montón de escombros.
Israel había acordado una fecha límite para el 26 de enero, dos meses después de que entrara en vigor el alto el fuego, para retirar sus fuerzas restantes del sur del Líbano. Ese día, Mousa Alawieh salió con sus tres hijos adolescentes y un primo, ansioso por ver lo que quedaba de su casa en el pueblo fronterizo de Aitaroun.
Pero nunca llegó a casa.
Mientras él y su familia conducían por su ciudad arrasada, se encontraron con al menos dos soldados israelíes en la carretera que dispararon varias veces contra el coche de la familia, matando a Alawieh, según imágenes de video verificadas por The New York Times y relatos de su hermano y cuñado.
Preguntado sobre el tiroteo de Alawieh, el ejército israelí dijo que el asunto estaba “bajo revisión”.
Israel había retrasado su retirada ese día, pero Alawieh no estaba al tanto y creía que el ejército había empezado a retirarse de Aitaroun, según Yaacoub Alawieh, su hermano.
Los desplazados no saben si Israel permanecerá indefinidamente en el Líbano y cuándo podrán regresar a casa. Muchos de sus pueblos y aldeas ahora están en ruinas, y también es incierto quién pagará la ingente factura de la reconstrucción.
Tras acordar Israel y Líbano extender la fecha límite de retirada del 26 de enero, las fuerzas israelíes continuaron ocupando gran parte del sur del Líbano. Se fijó una nueva fecha para la retirada para el martes, y las fuerzas israelíes se retiraron de los pueblos y aldeas restantes a lo largo de la frontera.
Pero el ejército israelí dijo esta semana que tenía la intención de quedarse en varios puntos estratégicos dentro del Líbano más allá de la fecha límite para su retirada completa.
Israel ocupó una vez el sur del Líbano durante 18 años, y con cada retraso en la retirada, han crecido los temores de otra ocupación prolongada.
La última guerra comenzó a gestarse después del sorpresivo ataque liderado por Hamas en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023. El grupo militante libanés respaldado por Irán, Hezbollah, comenzó a atacar posiciones israelíes en solidaridad con Hamas, su aliado.
Después de casi un año de enfrentamientos de bajo nivel, Israel lanzó una ofensiva a gran escala en septiembre, asesinando a muchos líderes de Hezbollah y destruyendo gran parte de sus depósitos de armas. Fue la guerra más destructiva de Líbano en décadas.
Israel emitió una serie de advertencias a los residentes del sur del Líbano, incluida el 26 de enero, para que no regresen a sus pueblos aún porque sus fuerzas militares seguían desplegadas allí. Pero miles de libaneses desafiaron esas órdenes con ansias de volver a casa.
Las fuerzas israelíes mataron al menos a 24 personas en el sur del Líbano solo el 26 de enero, según el ministerio de salud, y más fueron asesinadas en los días siguientes.
Alawieh estaba tan emocionado por regresar a casa que ni siquiera consultó las noticias ese día, dijo su hermano, por lo que creía que las tropas israelíes habían comenzado a retirarse a las afueras de Aitaroun.
Mousa AlawiehCrédito…vía familia Alawieh
Pero al doblar una curva en la ciudad, al menos dos soldados israelíes aparecieron repentinamente en la carretera, según imágenes de video filmadas desde el interior del vehículo por Ali, el hijo de 15 años de Alawieh.
Alawieh entró en pánico y dio marcha atrás con su vehículo. La familia levantó las manos en el aire. Sonó un disparo, uno, dos, luego veinte, una salva de balas perforando metal, cristal y piel.
“¡Agáchate, papá, agáchate!” gritó Ali desde el asiento trasero, sus hermanas gritando de miedo.
“¡No, papá!” gritó Ali. “¡Papá! ¡Papá! ¡Papá!”