Un presunto contrabandista de tabaco que golpeó a un oficial de aduanas en el pecho y lo amenazó con una roca ha sido condenado a 12 semanas de prisión.
El gibraltareño Jayron Perez, de 25 años, de Glacis Estate, se declaró culpable de agredir al hombre y fue sentenciado en el Tribunal de Magistrados.
Según se informó en el tribunal, justo después de las 7 pm del viernes 19 de agosto de 2022, Perez se encontraba en el paseo marítimo en el área de Neil Piñero Road (anteriormente Emerson’s Place) con otros asociados.
Se pensaba que el grupo estaba cargando una embarcación con bolsas de tabaco de contrabando cuando un oficial de aduanas fuera de servicio llegó al lugar y les gritó que se detuvieran.
Perez luego le dio una patada al oficial en el pecho, haciéndolo caer al suelo y causándole varias lesiones leves.
Luego agarró una roca grande y amenazó con golpear al oficial con ella mientras yacía en el suelo.
El funcionario huyó rápidamente del lugar y solicitó refuerzos a sus colegas.
Otros oficiales de aduanas llegaron e intentaron bloquear a Perez para que no se fuera en un automóvil, pero él subió a la acera, casi chocando con miembros del público mientras escapaba.
El incidente fue reportado a la Real Policía de Gibraltar y, tras una investigación, Perez fue identificado en las cámaras de seguridad. Luego se entregó y fue arrestado.
Perez también se declaró culpable de llevar un arma ofensiva (la roca), por lo que no recibió una pena separada. Dado que ya ha pasado 19 semanas en prisión preventiva, no cumplirá más tiempo.
El contrabando de tabaco ha sido durante mucho tiempo un negocio lucrativo y otra fuente de tensión entre España y Gibraltar, debido al hecho de que el territorio no aplica impuestos sobre las ventas.
El mes pasado, los oficiales de aduanas de Gibraltar anunciaron que habían realizado dos arrestos y confiscado aproximadamente 72 cartones de cigarrillos de una embarcación española que había sido cargada en Rosia Bay.
En 2023, Lisardo Capote, jefe de aduanas españolas en Algeciras, acusó a Gibraltar de permitir el comercio ilícito e incluso de beneficiarse de ello.
“El tabaco no es un problema en la colonia”, dijo al Financial Times. “Es una fuente de financiación. Los problemas que crea están al otro lado de la valla”.