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Un recordatorio visual de cómo los alimentos ricos en nutrientes y una alimentación equilibrada pueden apoyar la salud a largo plazo del hígado.
Crédito: Shutterstock, RossHelen
El hígado es uno de los órganos más trabajadores de tu cuerpo, encargándose de más de 500 tareas cruciales.
Desde desintoxicar sustancias dañinas hasta ayudar en la digestión, está constantemente en funcionamiento. Sin embargo, muchos de nosotros olvidamos cuánto nuestras elecciones alimenticias diarias pueden afectar su rendimiento. Si estás buscando darle amor a tu hígado, esto es lo que necesitas saber sobre los mejores (y peores) alimentos para la salud a largo plazo del hígado.
Buenos alimentos, frutas y cereales integrales: Vitales para un hígado sano
Si alguna vez te has preguntado por qué los nutricionistas hablan de cambiar la mantequilla por aceite de oliva o de añadir más frutas y verduras a tu plato, es en parte por el hígado. Los alimentos ricos en grasas insaturadas, como aguacates, pescado graso y nueces, están relacionados con niveles más bajos de inflamación hepática, lo cual puede ser fundamental si te preocupa condiciones como la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA). Las frutas y verduras, por otro lado, proporcionan fibra y antioxidantes esenciales, ambos ayudan a reducir el estrés oxidativo y prevenir la acumulación de grasa en el hígado. Y no olvidemos los cereales integrales como arroz integral y pan integral, que se han asociado con una mejor función hepática y un menor riesgo de enfermedad hepática. Hacer pequeños cambios, como elegir pasta integral o añadir bayas a tu desayuno, puede ser muy beneficioso para darle al hígado el apoyo que necesita.
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Evita la sobrecarga hepática: Alimentos y bebidas a limitar para una mejor salud
Aunque la moderación es clave, hay ciertas cosas que pueden poner presión adicional en este órgano vital si se consumen con demasiada frecuencia. Las grasas saturadas, presentes en productos como pasteles, galletas y carnes grasas, pueden fomentar la acumulación de colesterol dañino en el torrente sanguíneo y el hígado. El exceso de alimentos y bebidas azucarados también puede llevar a la acumulación de grasa en las células hepáticas, aumentando el riesgo de EHGNA. Quizás el mayor culpable sea el alcohol, que puede dañar o incluso destruir las células hepáticas si bebes demasiado de manera consistente. La buena noticia es que no tienes que eliminar por completo estos alimentos; simplemente mantén control sobre las porciones y considera tener días libres de alcohol para darle un descanso a tu hígado.
Salud hepática a largo plazo: Adopta una dieta amigable con el hígado
Si estás buscando un plan alimenticio general que apoye un hígado sano, podrías recurrir a dietas como la mediterránea o DASH. Ambas fomentan una gran cantidad de frutas, verduras, cereales integrales y fuentes de proteínas magras, que se han relacionado con una mejor función hepática y menor inflamación. Ya sea que te apetezca un plato de pescado al estilo mediterráneo rociado con aceite de oliva o una cena abundante de cereales integrales que siga las pautas DASH, el principio es el mismo: enfócate en alimentos ricos en nutrientes, limita los azúcares y grasas en exceso, y sé consciente de cuánto alcohol consumes. Si ya tienes una afección hepática o no estás seguro de cómo encontrar el equilibrio adecuado, una charla con un dietista registrado puede ayudar a diseñar un plan que se adapte a tu estilo de vida y preferencias culturales, al mismo tiempo que le brinda a tu hígado el mejor cuidado posible.
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