Con el resto del mundo distraído por las guerras en Gaza y Ucrania, Irán se ha acercado más que nunca a la capacidad de producir varias armas nucleares, aumentando drásticamente la velocidad con la que puede producir combustible nuclear en las últimas semanas dentro de una instalación enterrada tan profundamente que es prácticamente invulnerable a las bombas bunker-busting.