Las promesas del mundo para detener la destrucción de la naturaleza por parte de la humanidad se pondrán a prueba cuando la 16ª conferencia de la ONU sobre biodiversidad se inaugure el lunes en Colombia. La COP16, que se llevará a cabo en la ciudad de Cali hasta el 1 de noviembre, es la primera reunión de la comunidad internacional desde la adopción hace dos años de un plan sin precedentes para lograr ese objetivo. Pero poner en práctica ese acuerdo corre el riesgo de no avanzar lo suficientemente rápido para detener la destrucción de tierras, océanos y especies para la fecha límite de 2030. ¿Cómo se asegurará la COP16 de que los países cumplan los 23 objetivos del “Marco Mundial de Biodiversidad”? ¿Podrá desbloquear los miles de millones de dólares necesarios? ¿Podrá garantizar los derechos de los pueblos indígenas? Aquí un resumen de lo que está en juego: – Cumplir promesas – Crear áreas protegidas, restaurar tierras agotadas, reducir el uso de pesticidas, aumentar la financiación para la naturaleza, algunos de los objetivos que la humanidad había establecido previamente para 2020 no se han alcanzado. Para evitar repetir ese fracaso, los países acordaron en la COP15 crear un mecanismo de monitoreo, con indicadores comunes para medir el progreso y un posible procedimiento de revisión. Pero los detalles de este mecanismo, crucial para responsabilizar a los países, aún están por adoptarse. Llevar a cabo esta negociación será el tema principal de la agenda de la COP16 y su anfitrión Colombia, que desea establecerse como líder en la lucha global para salvaguardar la naturaleza. Pero también entrarán en juego negociaciones paralelas, especialmente financieras. – Asegurar planes nacionales – Hasta mediados de octubre, solo 29 países de 196 habían presentado estrategias nacionales de biodiversidad para reflejar su parte de los esfuerzos globales. Y 91 han presentado “objetivos nacionales”, o compromisos en todo o parte de los objetivos, según la Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica. Varios países podrían publicar su plan en Cali, y se espera con ansias los de Colombia y Brasil. Se espera la asistencia de unos 12,000 delegados, incluidos siete jefes de estado, a la COP16. Bajo el foco, en particular, estará el objetivo principal del marco global: colocar el 30 por ciento de las áreas terrestres y marinas bajo protección mínima para 2030. Hasta septiembre, el 8.35 por ciento de los mares y el 17.5 por ciento de la tierra se consideraban protegidos, según el grupo ambiental WWF, que utiliza datos preliminares de la ONU, en otras palabras, apenas más que en 2022. – Desbloquear financiamiento – Los esfuerzos de los países ricos para financiar los de los países en desarrollo serán centrales en los debates en Cali. Los países desarrollados se han comprometido a proporcionar $20 mil millones al año para la biodiversidad para 2025 y $30 mil millones para 2030. Para 2022, se habían recaudado $15.4 mil millones, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Los países en desarrollo también revivirán sus llamados a crear un fondo autónomo, que es un punto de controversia para los países ricos, que se oponen categóricamente a establecer múltiples fondos. Para desbloquear financiamiento privado, los créditos de biodiversidad serán otro tema importante. – Biopiratería – La “biopiratería” — el uso de recursos genéticos en todo, desde cosméticos hasta semillas, medicamentos, biotecnología y suplementos alimenticios sin el acuerdo de quienes preservan este conocimiento tradicional — es un problema particularmente complicado en las negociaciones. Desde 2014, el Protocolo de Nagoya, que estipula que las personas que proporcionan recursos genéticos o conocimientos tradicionales deben beneficiarse de las ventajas que surgen de su uso, ha permitido pagar por cada uso de una planta o animal. Sin embargo, estos recursos se han convertido en secuencias genéticas digitalizadas o DSI (Información de Secuencia Digital) que casi exclusivamente benefician a las economías ricas. Resolver esto es una prioridad para muchos países en desarrollo y podría encontrarse un acuerdo en Cali para establecer un esquema global de reparto de beneficios. Pero ¿qué empresas contribuirán? ¿Será de forma voluntaria u obligatoria? ¿Y cómo se distribuirá el dinero? “Si se adopta una contribución obligatoria del 0.1 por ciento, esto potencialmente representa mil millones de dólares”, dijo Sebastien Treyer, director ejecutivo del grupo de reflexión francés Iddri. – Poblaciones indígenas – Las poblaciones indígenas están bien representadas en las COP de biodiversidad pero a menudo son las más decepcionadas por las decisiones finales. Este año, pretenden utilizar la cumbre que se lleva a cabo en el borde del Amazonas para que sus derechos y conocimientos ancestrales sean reconocidos, después de años de marginación y desplazamiento forzado.