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En un giro extraño a principios de este año, un accidente de helicóptero en Sudáfrica fue causado por un pasajero inesperado; un pingüino.
El helicóptero había aterrizado en la Isla de los Pájaros, frente a la costa del Cabo Oriental, para recoger pasajeros. Uno de ellos, descrito como un “especialista”, colocó un pingüino vivo en una caja de cartón con planes de transportarlo desde la isla.
Aunque el piloto realizó una revisión de riesgos antes del despegue, no consideró los peligros de volar con un animal suelto a bordo.
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La caja, sostenida en el regazo de un pasajero en el asiento delantero, se resbaló poco después del despegue. Se deslizó por la cabina y golpeó la palanca de control del helicóptero, causando que la aeronave se inclinara y se estrellara de lado. Los rotores golpearon el suelo, pero afortunadamente, nadie, incluido el pingüino, resultó herido.
El accidente causó graves daños al helicóptero. Una investigación encontró que el pingüino debería haber estado en un contenedor seguro y apto para el vuelo. Sin él, el animal pudo moverse durante el vuelo y crear un gran riesgo.
Aunque la situación suene divertida, las autoridades destacaron la importancia de seguir las reglas de seguridad, sin importar lo inusual de la carga.