Cómo el turismo puede marcar el camino

La protección y mejora del Mar Balear es una responsabilidad compartida. En una economía como la nuestra, para lograr esto, además del apoyo de pescadores y marineros, necesitamos el compromiso del sector turístico. Sin eso, será muy difícil lograr el objetivo compartido de hacer de las Islas Baleares un referente en la conservación marina. Este compromiso del sector turístico debe hacerse en al menos tres niveles.

En primer lugar, trabajando para reducir el impacto a nivel empresarial. En segundo lugar, invirtiendo en la mejora del entorno natural en el que depende la actividad turística (y no solo en su propiedad, jardín o trozo de playa). En tercer lugar, y muy importante, utilizando su fuerza e influencia, debe dar pasos gigantes en la conservación marina en lugar de solo arrastrar los pies.

La realidad es que todavía estamos lejos de un sector turístico que esté totalmente comprometido con el cuidado y la custodia del Mar Balear. Aunque el turismo se beneficia enormemente de un mar y una costa en buenas condiciones, hasta ahora, por iniciativa propia, ha invertido muy poco en su cuidado y conservación; no ha puesto toda su fuerza e influencia en esta causa.

Aun así, hemos visto señales de mejora en los tres frentes. La mayor parte del sector turístico ya está trabajando para reducir su impacto, implementando medidas para reducir el consumo de agua, las emisiones de carbono o la generación de residuos, o para comprar local. La huella ecológica está entrando en el balance y lo hará aún más después de la entrada en vigor de la Directiva de Informe de Sostenibilidad Empresarial (CSRD) de la UE.

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En los últimos años también hemos comenzado a ver algunas acciones notables de empresas del sector que se han involucrado en la conservación marina. Fundatur, el Grupo Hotelero RIU y la Fundación TUI Care han realizado importantes contribuciones financieras a la conservación del Mar Balear, esta última con 500.000 €. La Fundación Marilles redistribuye estas donaciones íntegramente a proyectos y entidades locales, con una mayor probabilidad de impacto. Entre muchas otras actividades, nos han permitido avanzar en planes para restaurar bahías poco profundas, mejorar y ampliar áreas marinas protegidas y coproducir con IB3 la serie única Arxipèlag Blau.

También es digno de destacar el amplio apoyo que las empresas hoteleras y el sector turístico han brindado al Acuerdo Azul Balear. Es de celebrar que hace poco más de un año una gran parte de la industria turística de las Islas Baleares se pronunciara públicamente a favor de esta iniciativa, pidiendo más acción política y más financiación para la protección del Mar Balear. Esperamos que este sea el primero de muchos pasos que den visibilidad al compromiso del sector turístico con la conservación marina de estas islas y su patrimonio natural.

Pero, como reconoce el propio Acuerdo Azul Balear, no podemos hablar de conservación marina y turismo de calidad sin mencionar una variable clave: la cantidad. Debemos hablar del volumen de turistas que visitan nuestras islas y la creciente presión demográfica.

Si no trabajamos en la cantidad, no podremos tener un turismo de calidad ni un mar bien conservado. Esta verdad ha sido motivo de controversia en las últimas décadas. Ahora, después del anuncio bienvenido, aunque sorprendente, del Presidente Prohens reconociendo que las Baleares necesitan reducir el número de turistas, parece que estamos entrando en un nuevo contexto.

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Después de años de escuchar que necesitamos crecer en valor y no en volumen, esperamos que finalmente podamos pasar de las palabras a la acción. Mientras buscamos las mejores formas de reducir la presión poblacional en las Islas, ahora más que nunca el sector turístico y el gobierno balear deben reforzar y demostrar su compromiso con la protección y regeneración del Mar Balear.