Los alimentos fermentados han jugado un papel significativo en la historia humana durante miles de años. Han proporcionado sustento y nutrición a una amplia gama de culturas, como la alemana, japonesa, coreana, francesa y rusa.1 Mientras que estos alimentos tradicionales tienen sus propios sabores únicos y atraviesan diferentes procesos de fermentación, algo los une: también son uno de los alimentos más saludables que los humanos pueden comer gracias a sus probióticos.
La investigación2 ha mostrado que los probióticos en estos alimentos juegan un papel en diversas funciones biológicas, como promover la salud digestiva y la función inmunológica. Sin embargo, algunos alimentos fermentados son un gusto adquirido; no a muchas personas les gusta, lo que hace que se pierdan muchos beneficios para la salud.
Profundizando en la química detrás del sabor de los alimentos fermentados, un estudio4 publicado en Fermentation señaló que los probióticos otorgan un sabor complejo y único debido a diferentes componentes que resultan del proceso.
Dado que los alimentos fermentados tienen un olor y sabor particulares, es comprensible por qué a ciertas personas no les gusta comerlos. Si esto se aplica a ti, te insto a reconsiderar tu postura, ya que los alimentos fermentados tienen beneficios cruciales para la salud de tu intestino. Para ayudarte a hacerlos más agradables, hay ciertas formas de mejorar su palatabilidad.
Hay docenas de alimentos fermentados disponibles que seguramente captarán tu atención. Si no disfrutas de su sabor, el truco es mezclarlos con otros ingredientes para crear un perfil de sabor sólido y agradable. Take Sloth proporciona 20 ejemplos diferentes para que empieces:5
Y sigue con el texto hasta el final.