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Un peluche puede usarse para enseñar habilidades de afrontamiento emocional
Crédito: Shutterstock: Africa Studio
En el mundo digital de hoy, el uso ocasional de dispositivos digitales para mantener ocupados a los niños pequeños es tanto esperado como realista.
Sin embargo, dos estudios independientes han encontrado una conexión significativa entre el uso de dispositivos electrónicos para calmar rabietas y el desarrollo potencial de desafíos a largo plazo en la capacidad de los niños pequeños para manejar sentimientos de enojo y frustración.
Los estudios se realizaron con padres de niños de 3 a 5 años. Jam Paediatrics publicó el primero en diciembre de 2022, y Frontiers in Child and Adolescent Psychiatry publicó el segundo este mes.
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Ambos concluyeron que si bien la regulación emocional digital parental (PDER) puede ser efectiva a corto plazo, puede obstaculizar el desarrollo emocional a largo plazo, lo que resulta en dificultades para controlar respuestas emocionales al sentir enojo o frustración.
La autora principal del estudio anterior, la Dra. Jenny Radesky, especializada en pediatría del comportamiento y madre ella misma, dijo: “Usar un dispositivo electrónico como distracción no enseña una habilidad; detiene al niño de reconocer cómo se siente”.
Afrontando las rabietas sin dispositivos electrónicos
En cambio, ella propone cambiar a soluciones que ayuden a los niños a entenderse mejor a sí mismos y a ser más competentes en el manejo de sus sentimientos. “Se necesita repetición por parte de un cuidador que también necesita tratar de mantener la calma y no reaccionar exageradamente a las emociones del niño, pero ayuda a construir habilidades de regulación emocional que duran toda la vida”, dijo.
Como pediatra del comportamiento, la Dra. Radesky alienta a los padres y cuidadores a probar técnicas sensoriales y de codificación de colores como métodos alternativos para la regulación emocional. Las técnicas sensoriales podrían ser, por ejemplo, abrazar, balancearse o incluso saltar en un trampolín.
La codificación de colores implica crear una guía visual de colores que un niño puede asociar con sus sentimientos (azul para aburrido, amarillo para ansioso, verde para tranquilo, rojo para enojado, etc.). Esto puede ayudarles a pintar una imagen mental de las emociones que están experimentando. También puede funcionar al revés, donde los padres usan colores para animar a los niños a volver a un color más ‘tranquilo’.
Una sugerencia para aliviar las rabietas relacionadas con la tecnología es que los padres establezcan temporizadores, dando a los niños expectativas claras de cuándo y por cuánto tiempo pueden usar los dispositivos. También propone evitar darles acceso a aplicaciones o videos que se reproduzcan automáticamente o permitan el desplazamiento continuo.
Una vez que un niño se haya calmado, la Dra. Radesky recomienda aprovechar esta oportunidad para enseñar habilidades de afrontamiento emocional a través de una discusión lúdica que resonará. Por ejemplo, hablar sobre cómo podría estar sintiéndose un juguete de peluche favorito y cómo manejan las emociones intensas para calmarse.
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