Written by Dr. Mercola, recent statistics show that a significant percentage of American adults are either overweight or obese, with less than one-third of adults at a healthy weight. The situation is equally alarming for children, with over 17 percent falling into the obese category, putting them at risk for serious health issues.
A documentary series titled “The Weight of the Nation: Children in Crisis” sheds light on the issue of childhood obesity, emphasizing the importance of understanding weight in terms of health rather than appearance. The health consequences of childhood obesity include a higher risk of heart disease, type 2 diabetes, high blood pressure, asthma, and other serious illnesses.
Obesity is linked to several chronic diseases that can lead to a shorter lifespan, including type 2 diabetes, hypertension, heart disease, and certain cancers. Insulin/leptin resistance and chronic inflammation associated with obesity create a breeding ground for various health problems.
The prevalence of processed foods in the American diet is considered a major factor contributing to the childhood obesity epidemic. Marketing of unhealthy foods to children is also a significant concern, with billions of dollars spent on promoting sugary and processed foods.
To combat obesity and chronic diseases, the World Health Organization recommends limiting sugar intake to a maximum of 5 percent of daily calories. This equates to about 25 grams/6 teaspoons of sugar per day for most adults and 3 to 4 teaspoons for children. Avoiding sugary beverages and other junk foods is crucial in promoting a healthy lifestyle. The video highlights that 20 percent of the increase in teens’ BMI is linked to the greater availability of junk food in schools. Additionally, the film discusses the impact of inadequate school nutrition on the childhood obesity crisis.
The Interagency Working Group on Food Marketed to Children proposed nutrition standards in 2011 to reduce salt, sugar, and fat levels in foods marketed to kids, but the food industry strongly opposed it. The report emphasizes the need for more protection for children from unhealthy food marketing, as current regulations only apply to children aged 11 and under.
Parents are also influenced by food advertisements, which manipulate them into making unhealthy choices for their children. It is important to realize that processed foods heavily marketed in commercials are not beneficial for children’s health and weight.
Children’s sedentary habits in childhood can lead to chronic inactivity in adulthood, increasing the risk of health issues. Physical activity is crucial for children’s health, and efforts should be made to limit sedentary activities and encourage more movement.
Encouraging children to engage in physical activities after school and on weekends is essential, regardless of their weight. Various activities such as sports, dance, and bike riding can be enjoyable ways for children to stay active.
Spontaneous bouts of exercise throughout the day are ideal for children, and the focus should be on making physical activities fun and engaging for them. It is important to prioritize physical activity for children’s overall health and well-being. Breves ráfagas de actividad con períodos de descanso entre ellas, ¡este es en realidad la forma en que tu cuerpo fue diseñado para moverse! Y, los niños típicamente caerán en este comportamiento bastante espontáneamente, siempre y cuando estén al aire libre, y no encerrados frente a una pantalla de televisión o computadora. Al igual que los adultos, los niños también necesitan variedad en sus rutinas de ejercicio para obtener las mayores recompensas, así que asegúrate de que tu hijo esté haciendo lo siguiente:
– Entrenamiento por intervalos
– Entrenamiento de fuerza
– Estiramiento
– Actividades para fortalecer el core
Puede sonar abrumador, pero si tu hijo participa en una clase de gimnasia, corre por el patio trasero detrás del perro a menudo, y monta su bicicleta después de la escuela, está cubierto. Además, recuerda que actuar como modelo a seguir manteniéndote activo tú mismo es una de las mejores maneras de motivar e inspirar a tus hijos. Si tu hijo te ve abrazando el ejercicio como una parte positiva e importante de tu estilo de vida, naturalmente seguirán tu ejemplo.
Además, es fácil planificar actividades activas que involucren a toda la familia y que también sean formas divertidas de pasar tiempo juntos. Senderismo, andar en bicicleta, canotaje, natación y deportes son todas excelentes opciones. Piensa en esto … al tomarte el tiempo para interesar a tus hijos en el ejercicio ahora, les estás dando un regalo que los mantendrá sanos y felices por el resto de sus vidas.
Lo más importante, para revertir la tendencia de la obesidad, debemos volver a una dieta de alimentos reales.
Los investigadores han desacreditado firmemente el mito de que todas las calorías son idénticas, y que para perder peso todo lo que necesitas hacer es gastar más calorías de las que consumes.
La investigación muestra que lo que comes realmente puede marcar una gran diferencia en cuánto comes. En pocas palabras, la investigación muestra que las calorías obtenidas del pan, azúcares refinados y alimentos procesados promueven comer en exceso, mientras que las calorías de vegetales enteros, proteínas y fibra disminuyen el hambre.
Si bien es cierto que la mayoría de los niños hacen poco ejercicio, es importante darse cuenta de que tu hijo no puede hacer ejercicio para salir de una dieta pobre y metabólicamente “tóxica”. Durante los últimos 60 años aproximadamente, una confluencia de alimentos dramáticamente alterados combinados con una reducción de la actividad física y un aumento de la exposición a productos químicos tóxicos han creado lo que equivale a una tormenta perfecta.
El uso extensivo de azúcar refinada, principalmente en forma de jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, que se agrega prácticamente a todos los alimentos procesados, está en el centro de todo. Afortunadamente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) ahora está recomendando un límite diario de azúcares añadidos, y es posible que los fabricantes de alimentos pronto tengan que listar la cantidad de azúcares añadidos en la etiqueta de información nutricional.
El objetivo recomendado es limitar el azúcar añadida a un máximo del 10 por ciento de las calorías diarias. Si bien leer etiquetas puede ayudar, la forma más fácil de hacer esto es comer alimentos REALES. La obesidad, la diabetes, el colesterol alto, la hipertensión y los ataques cardíacos son todas enfermedades asociadas con una dieta de alimentos procesados.
La siguiente lista corta de solo tres pautas súper simples y fáciles de recordar no solo mejorará la nutrición de tu familia, sino que también te ayudará a evitar exposiciones químicas que pueden afectar el peso:
– Come ALIMENTOS REALES. Compra alimentos enteros, idealmente orgánicos, y cocina desde cero. En primer lugar, esto reducirá automáticamente tu consumo de azúcar añadida, que es la causa principal de la resistencia a la insulina y el aumento de peso. Si compras productos orgánicos, también reducirás tu exposición a pesticidas e ingredientes genéticamente modificados, y al desechar los alimentos procesados, automáticamente evitarás edulcorantes artificiales y grasas procesadas dañinas. Para obtener consejos dietéticos más detallados, consulta mi Plan de Nutrición Optimizada gratuito.
– Opta por carnes orgánicas de pasto terminado para evitar ingredientes modificados genéticamente, pesticidas, hormonas, antibióticos y otros medicamentos promotores del crecimiento.
– Opta por envases y recipientes de almacenamiento de vidrio para evitar productos químicos disruptores endocrinos.