Para los no iniciados, clasificar la basura puede ser un proceso complicado en Japón, un país que presume de tener una de las normas de eliminación de residuos más estrictas del mundo. Pero en la ciudad de Fukushima, las cosas están a punto de ponerse aún más difíciles. A partir de marzo, el gobierno de la ciudad revisará las bolsas de basura que infrinjan las regulaciones, como aquellas que no hayan sido clasificadas correctamente o que excedan los límites de tamaño, y en algunos casos identificará públicamente a sus propietarios. Las nuevas regulaciones, aprobadas en una reunión municipal el martes, llegan en medio del largo esfuerzo de Japón por mejorar su sistema de gestión de residuos. Aunque muchas ciudades en Japón abren bolsas de basura para inspeccionarlas y algunas permiten la divulgación de negocios infractores, se cree que Fukushima es la primera ciudad que planea divulgar los nombres tanto de individuos como de negocios, según los medios locales. El año pasado, Fukushima reportó más de 9,000 casos de basura no conforme. Actualmente, en lugar de recolectar la basura que no cumple con las reglas de eliminación, los trabajadores suelen pegar calcomanías en las bolsas de basura informando a los residentes sobre la violación. Los residentes tendrían que llevar su basura de vuelta adentro, volver a clasificarla y esperar hacerlo bien la próxima vez que los recolectores pasen por allí. Bajo las nuevas reglas de Fukushima, si la basura permanece sin clasificar durante una semana, los trabajadores de la ciudad pueden revisarla e intentar identificar a los infractores a través de elementos como el correo. Los infractores recibirán una advertencia verbal, seguida de un aviso por escrito, antes de recurrir a la última medida: publicar sus nombres en el sitio web del gobierno. Ante las preocupaciones de privacidad, las autoridades de Fukushima dijeron que la inspección de la basura se llevaría a cabo en privado. Las ciudades japonesas tienen guías propias sobre cómo desechar la basura. En Fukushima, las bolsas de basura deben colocarse en los puntos de recolección cada mañana antes de las 0830, pero no pueden dejarse fuera desde la noche anterior. Diferentes tipos de basura, separados en combustibles, no combustibles y reciclables, se recogen según horarios diferentes. Para artículos que excedan las dimensiones estipuladas, como electrodomésticos y muebles, los residentes tienen que hacer una cita para que los recojan por separado. El alcalde de Fukushima, Hiroshi Kohata, dijo que las nuevas reglas tenían como objetivo promover la reducción de residuos y los métodos adecuados de eliminación. “No hay nada ilegal en publicar a los generadores de basura maliciosa que no cumplen con las reglas y no siguen la guía y los consejos de la ciudad”, citó Mainichi a las autoridades. En Japón, la basura se toma muy en serio, donde desde la década de 1990 el gobierno se ha fijado como objetivo nacional alejarse de los vertederos, reducir los residuos y promover el reciclaje. Las autoridades locales han introducido sus propias iniciativas en línea con este objetivo. Los residentes de Kamikatsu, una ciudad japonesa con un ambicioso objetivo de cero residuos, separan orgullosamente su basura en 45 categorías. La prefectura de Kagoshima ha hecho obligatorio que los residentes escriban sus nombres en sus bolsas de basura. Y el año pasado, la ciudad de Chiba puso en marcha un asistente de inteligencia artificial para ayudar a los residentes a desechar su basura correctamente.