Las autoridades israelíes arrestaron a cinco funcionarios, incluidos cuatro de una unidad de inteligencia militar, por supuestamente revelar secretos de estado a los medios extranjeros. Uno de los arrestados era un oficial militar israelí que trabajaba en la oficina del Primer Ministro Benjamín Netanyahu. Los documentos filtrados supuestamente fueron escritos por Hamás y fueron la base de informes en medios extranjeros. El caso está siendo investigado por el Shin Bet para determinar si hubo alguna influencia del Primer Ministro en las filtraciones. A pesar de esto, se espera que las filtraciones no afecten significativamente la posición política de Netanyahu.
En Israel, se ha cuestionado si las filtraciones fueron ordenadas por Netanyahu. La oposición ha expresado preocupación y ha pedido una investigación exhaustiva para determinar la responsabilidad en el caso. A pesar de esto, se espera que Netanyahu mantenga el apoyo de su base electoral y que utilice la situación en su beneficio político. El análisis político sugiere que las filtraciones no tendrán un impacto dramático en la posición de Netanyahu, ya que su base de seguidores incondicionales seguirá respaldándolo.
El caso de las filtraciones de documentos clasificados en Israel ha generado debate sobre la relación entre el Primer Ministro y el establishment de seguridad del país. A pesar de las acusaciones, se espera que Netanyahu continúe liderando el gobierno y haciendo uso de la situación para reforzar su posición política. La investigación en curso revelará más detalles sobre el alcance de las filtraciones y cualquier posible implicación de altos funcionarios en el caso.