MANILA, Filipinas — Carlos Yulo trajo un inmenso honor y orgullo a las Filipinas al ganar medallas de oro olímpicas consecutivas en París después de años de arduo trabajo y sacrificio, todo mientras superaba sus batallas personales.
Más que competir contra los mejores gimnastas del mundo, Yulo tuvo sus batallas fuera del tapete, rodeando su talento de clase mundial con dudas cuando su primera participación olímpica en Tokio hace tres años no terminó bien, junto con su decisión de separarse de su entrenador japonés de toda la vida Munehiro Kugimiya y traer de vuelta a su mentor de la infancia Aldrin Castañeda.
Pero contra todo pronóstico, el Yulo de 24 años se inmortalizó en los libros de historia olímpica con una actuación magistral en la final de salto para agregar a su oro en ejercicios de suelo en solo 24 horas.
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Yulo se convirtió en el único filipino en ganar un par de campeonatos olímpicos y el primero en ganar múltiples medallas en un solo Juego de Verano desde 1924.
“Lahat ng struggles na binaba ako. Lahat ng mga tao na hindi naniwala at binaba talaga ako. Yung mga taong naniwala sa akin talaga nang totoo para sa kanila ‘to lahat,” dijo Yulo al transmisor olímpico One Sports, ofreciendo su segunda medalla de oro al país a través del lente de la cámara.
(Todas las luchas que me derribaron, todas las personas que no creyeron en mí y me derribaron—esto es para aquellos que realmente creyeron en mí.)
Esos desafíos, incluida su extenuante preparación olímpica culminada con un campamento en Metz, llevaron a Yulo desde una fallida participación en los Juegos de Tokio hasta ser campeón dos veces en París.
“Isa siya sa challenges na binigay ni Lord and alam ko binigay Niya yun sa akin kasi alam Niya kaya ko yun and alam Niya mao-overcome ko yung ganung challenges. Super thankful ako sa binigay Niyang challenges, may lakas ako sa binigay Niya,” dijo el dinamo filipino.
(Es uno de los desafíos que me dio el Señor, y sé que me lo dio porque sabe que puedo superarlo. Estoy súper agradecido por los desafíos que me dio; encuentro fuerzas en Él.)
“Ang dami kong natutunan sa sarili ko, mag-adjust, maging kontento kung anong meron ako, at siyempre maging humble pa sa kung anong ginagawa ko and yung personality ko.”
(He aprendido mucho sobre mí mismo—ajustar, estar contento con lo que tengo y, por supuesto, mantenerme humilde en lo que hago y en mi personalidad.)
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Menos de 24 horas después de gobernar en ejercicios de suelo con una puntuación de oro de 15.000 puntos, Yulo admitió que le faltaba sueño, pero llegó a la final de salto, relajado y sin nada que perder y todo por ganar.
Por eso, a Yulo le resultó difícil asimilar lo que acababa de suceder después de un hechizante primer salto que le valió una puntuación de 15.433—uno de solo dos rutinas con una dificultad de 6.000—y ejecutar un doble giro Kasamatsu en su segundo salto por 14.800 para terminar con un promedio de 15.116.
El doble logro de Yulo cumplió por sí solo el objetivo del Equipo Filipinas de superar su campaña anterior en Tokio, donde el país ganó su primer oro gracias a la halterofilia de Hidilyn Diaz.
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