En un barco que pescaba atún para los consumidores estadounidenses, los pescadores dijeron que les daban tan poca comida que tuvieron que recurrir a comer el cebo. En otro, un trabajador dijo que fue golpeado repetidamente por el capitán, a veces con un gancho de metal. En un tercero, un hombre que sufrió quemaduras graves en un accidente en la cocina dijo que se le negó atención médica y sobrevivió solo tratándose a sí mismo con vaselina. Todos esos barcos descargaron su pesca en otros barcos, permaneciendo en el mar durante meses. Para aquellos que querían irse, había poca esperanza. Estos acusaciones son centrales en una nueva demanda presentada por cuatro pescadores indonesios. Dicen que quieren corregir una injusticia que, según ellos, fue tolerada por una de las marcas de atún más antiguas de Estados Unidos, Bumble Bee Foods. Están demandando a la empresa en un tribunal federal de California, acusándola de ser consciente y beneficiarse del trabajo forzado en los barcos operados por sus proveedores. Bumble Bee, con sede en San Diego, dijo que no haría comentarios sobre la litigación pendiente. “Quiero justicia”, dijo Muhammad Syafi’i, uno de los demandantes, en una entrevista por Zoom desde su casa en la ciudad indonesia de Yogyakarta. “Para mí, para mi destino. Y para mis amigos que todavía están allí.”
