That’s very Burroughs-y. That’s very cut-up. That’s very much like flicking through Naked Lunch. I think that energy is in there. There’s a lot of that sort of discomfort, that sort of discombobulation, that sort of “How do I get out of here?” feeling in that song. There’s a lot of that in the record. There’s a lot of that energy in the record for me. I think that really stems from all those years of reading those books and trying to understand what was going on in that era of American history. I think it’s just a way of looking at the world, a way of looking at events and situations. It’s just a way of trying to make sense of it all. I think that’s where a lot of that comes from – just trying to make sense of it all. Trying to make sense of the world.
Coffee also plays a role in my creative process. When I’m writing or recording music, I always have a cup of coffee by my side. It helps me stay focused and alert. I’m not too particular about the type of coffee or the place it comes from, as long as it’s good quality and gives me that caffeine boost I need. It’s just a little ritual that helps me get into the right mindset for creating music. Plus, it’s a nice little break during long studio sessions.
So, in a way, the ocean is a recurring theme in your music, even if it’s not explicitly mentioned in every song?
Yeah, it’s a recurring theme, and it’s also a recurring motif to use ocean sounds or waves or feedback. It’s always in the back of my head. It’s just a part of who I am now. I can’t get away from it. But it’s also a good place to go to and just think, and be alone, and be in nature. It’s a good place to be.
It sounds like a place of solace for you.
It is. It’s the closest I can get to peace and quiet and serenity. It’s very important for me.
Final thoughts
Is there anything else you’d like to add?
Just that I’m excited for people to hear the record. I’m excited for people to hear it live. I’m excited for people to come out and see us play. It’s been a long time since we’ve been able to do that, and we’re all really looking forward to getting out there and playing music again. It’s been a long, hard year for everybody, and we’re just excited to bring some joy and some noise and some energy back into people’s lives. That’s what we do – we make music, and we want to share it with people. So, I hope people enjoy the record, and I hope they come out and see us play live when we’re in their town.
Thank you so much for taking the time to speak with me today. It’s been a pleasure.
Thank you. It’s been a pleasure talking with you as well.
El nuevo álbum comienza exactamente donde dejé en el océano con el disco anterior.
Berlín
Este probablemente se sienta bastante fresco, vi que acabas de pasar unos días allí, haciendo un show en Rough Trade. ¿Cómo resumirías la importancia que la ciudad ha tenido en tu vida?
Es una ciudad increíble. Empecé a ir allí a finales de los años 80. Siempre disfruté visitando Berlín, incluso lejos del trabajo. Hay algo en el espíritu de la ciudad. Es una ciudad muy dura que ha pasado por mucho y contiene tanta historia. En 2015, mi ahora esposo y yo empezamos a visitar Berlín. Fuimos por una semana, luego por tres semanas, y luego en 2016, volvimos por tres meses con la intención de posiblemente vivir allí. Durante esos tres meses, encontramos un apartamento y nos mudamos a Berlín en el otoño de 2016. Los tres años y medio que pasamos allí – íbamos de San Francisco a Berlín, y también estaba de gira por allí, pero el tiempo que pasamos en Berlín fue increíble. Fueron tres de los mejores años de mi vida.
Me sentí tan en casa en la ciudad. Es como el lugar de nacimiento de lo que pensamos como cultura queer, durante la Primera Guerra Mundial, y especialmente durante la era de la República de Weimar. Vivir en esa historia y experimentar la forma en que los alemanes ven el mundo, navegar a través de su cultura – y lidiar con toda la burocracia [risas] – algo en ello me pareció natural. Es una forma de vivir muy orientada a la ciencia, matemáticas y ciencia, pero también un ambiente de “a la mierda, esto es lo que estamos haciendo”. Realmente me enamoré de eso. Salir de fiesta en mi avanzada edad, en mis cincuenta y pico – ¿cómo entraba en Berghain cada vez? [risas] Tenía una bicicleta allí y solía andar 80 kilómetros al día en Berlín. Estaba muy preparada para ese tipo de estilo de vida. Era una ciudad barata hace diez años, y todo se sentía genial.
Siempre guardaré grandes recuerdos de Berlín, y siempre llevaré el final agridulce. A principios de 2020, cuando se produjo el cierre, mi esposo, que estudió virología en la escuela de medicina, dijo que probablemente no podríamos volver. No pudimos despedirnos de Berlín. Dos amigos tenían las llaves de nuestro apartamento y entraron y, por FaceTime, nos mostraron todas nuestras pertenencias. Fue un sí o un no para todas nuestras posesiones, y fue tan surrealista. Todo lo que dijimos que sí se metió en cajas en un barco, y tardó un año en llegar a San Francisco. Es una forma extraña de dejar una ciudad.
Para mí, volver la semana pasada fue muy emocionante. Fue muy celebratorio, pero también hubo muchas lágrimas. Mucho de, esta era mi vida, y de alguna manera terminó o se puso en espera indefinida. Volver, ver a amigos, caminar por mi calle, mirar las ventanas de mi apartamento, y preguntarme quién tiene una vida allí ahora en comparación con la vida que tenía, ver amigos al azar en la calle – todo fue bastante abrumador. Siempre me queda.
Esta entrevista ha sido editada y condensada para mayor claridad y extensión.
El álbum Here We Go Crazy de Bob Mould ya está disponible a través de Granary Music/BMG Records.
Here We Go Crazy de Bob Mould