Betty Halbreich, conocida como la principal asesora personal de compras de moda para grandes damas, falleció a los 96 años en Manhattan. Era venerada por los entendidos y anónima para el resto. Se necesitaba experiencia y coraje para encontrarla en su pequeña oficina en Bergdorf Goodman. Vestía a matronas, debutantes, magnates y celebridades, trabajando en estrecha colaboración con estilistas de películas y programas de televisión. A los 80 años se convirtió en una figura nacional y sus memorias fueron ampliamente difundidas. Insistía en estar en el probador con sus clientas, buscando la intimidad para entender sus deseos profundos.
Nacida en Chicago en 1927, Betty Halbreich vivió una infancia solitaria jugando a disfrazarse en armarios. Después de un matrimonio difícil, se dedicó al comercio minorista de moda y se convirtió en una exitosa asesora de compras en Bergdorf Goodman. A los 60 años conoció a su compañero Jim Dipple, quien la ayudó a pedir un aumento y a ahorrar para la jubilación. Continuó trabajando hasta su muerte, sin jubilarse. Deja un legado de lecciones sobre el buen gusto y el papel de la ropa en la vida de una mujer.
En abril se publicará un nuevo libro de Betty Halbreich, con prólogo de Lena Dunham, que aborda lecciones para vivir bien a partir de casi un siglo de buen gusto.
Los años de experiencia de Betty Halbreich como asesora de compras le dieron una perspectiva única sobre la importancia de la ropa en la vida de las mujeres, advirtiendo sobre el desplazamiento del amor, el afecto y la atención hacia prendas materiales. Destacó la importancia de usar la moda con moderación y comprender las motivaciones detrás de la superficie.