Sí, usualmente salgo por las mañanas, doy un paseo por las calles, me aseguro de que todos estén bien, de que todos tengan agua. Crecí aquí desde que era un niño pequeño, nacido y criado, y ni siquiera reconozco estas calles. Todo el mundo necesita evacuar. Pero yo todavía estaba aquí. Lo siguiente que supe, era rojo cereza a nuestro alrededor. Luego apareció mi sobrino. Pensé: vamos a subir aquí y empezar a echar agua en las casas. Así que empezamos a echar agua en la casa de al lado. De la nada, apareció el departamento de bomberos. Y afortunadamente, entre los cinco, pudimos apagarlo. Soy uno de los afortunados, por suerte, pero son mis vecinos, hombre. Es como, esto es enorme. ¿Cómo estamos, chicos? Barricadearon todo, y fue entonces cuando nos dijeron: “Oye, ya no pueden salir ni entrar más”. Solo nos informaron, si cruzas la línea, no puedes regresar. Fueron muy verbales al respecto. Tenemos nuestra estufa allá afuera. Vamos a hacer café ahora mismo. Tenemos un par de generadores por si acaso. Nuestros hijos, nuestra familia, nuestras sobrinas, nuestro sobrino. Todos vienen a nosotros. Calculo que alrededor de las 12, se pone muy oscuro por aquí. Así que por la noche, vengo aquí alrededor de la medianoche, me abrigo bien, subo arriba, me siento en la silla y solo miro por linternas. En ese momento, llamas a la policía, los haces venir y echar un vistazo. Todo lo que puedes hacer es cerrar todo con llave y simplemente rezar.
