Un grupo de bailarines de Morris con caras “pintadas de negro” realizando su danza durante todo el día por Bacup.
Los miembros de los Britannia Coconut Dancers recorrieron la ciudad el Sábado Santo, comenzando en el Old Travellers Rest a las 9 am.
Bailaron y cautivaron a los lugareños, deteniéndose en algunos “famosos” lugares, llegando a Irwell Terrace antes de detenerse a almorzar.
Luego, el grupo se dividió en dos equipos de cuatro y bailaron hasta llegar a lugares de pub, terminando en la Gasolinera Glen en Waterfoot a las 7 pm y finalmente guardando sus zuecos por otro año.
El evento del Sábado Santo tenía como objetivo recaudar fondos para el Hospicio de Rossendale este año.
La tropa está acompañada por la Banda de Stacksteads, que toca continuamente durante la ruta de unas siete millas. El evento atrae a visitantes de toda la región, con compradores y espectadores fascinados siguiendo al equipo en su ardua ruta.
El grupo insiste en que “pintarse de negro” es parte de una tradición de baile de zuecos que se remonta a más de 150 años y no tiene nada que ver con la etnicidad.
El grupo está acompañado por una banda y cubre una distancia de siete millas (Imagen: Phil Taylor)
Según el grupo, la historia popular sostiene firmemente que la danza y el traje fueron traídos al Valle de Rossendale por mineros de estaño de Cornualles después de que su industria se agotara.
El grupo dice: “Los mineros de estaño emigrantes que se establecieron en la zona se cree que enseñaron los bailes en Rawtenstall y Whitworth, incluido un grupo original de la fábrica de Tunstead.
También había otros equipos de bailarines de coco y guirnaldas predominantes en Lancashire en el siglo XIX: Whitworth, Shawclough, Cloughfold, Waterfoot, Lee-mill, por nombrar algunos, el “Equipo Britannia” formado en la aldea de ‘Britannia’ es el equipo sobreviviente”.
Se dice que el traje representa “un pirata moro; el sombrero es de estilo turbante” y cada bailarín tiene un conjunto de “cinco nueces” similares a castañuelas y una falda blanca con tres franjas rojas horizontales completa el curioso disfraz.
A pesar del atractivo, el evento no ha estado exento de controversia y se separaron de la Organización Conjunta de Morris, el grupo paraguas que representa a los 800 “lados” de baile del país.
El organismo consideró que “pintarse completamente la cara de negro u otros tonos de piel es una práctica que tiene el potencial de causar un profundo dolor”.