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Se han realizado grandes avances en la última década para impulsar el atractivo de Mallorca como destino de atracciones y actividades alternativas lejos de los cimientos tradicionales de la industria turística de la isla: sol y playa. Pero un informe publicado esta semana por la consultora Braintrust advirtió sobre la alta estacionalidad de los destinos españoles de sol y playa, como Mallorca y las Baleares, ya que representan el 69,8% del gasto entre julio y septiembre, muy por delante de otros tipos de turismo como la cultura, las compras, el deporte y la gastronomía.
El turismo familiar está mucho más interesado en el sol y la playa, en el buen clima, especialmente aquellos que provienen del norte de Europa y esto no puede ser ignorado por las autoridades. Estoy de acuerdo en que no es necesario gastar dinero en promocionar la isla como destino de playa; ha sido famosa y ha vivido de eso durante décadas. Pero mientras que el sector de la actividad deportiva, por ejemplo, ha crecido a un ritmo notable, especialmente el ciclismo, maratones y senderismo, también dependen de patrones climáticos favorables. La industria de los deportes acuáticos está muy vinculada a las buenas condiciones climáticas. Esto sigue haciendo que la descentralización del mercado turístico sea un desafío. Los mercados de nicho pueden gustar de Mallorca en temporada baja, pero es cuando brilla el sol que Mallorca gana dinero.
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