Un misil ruso impactó contra un hotel el miércoles por la noche en la ciudad natal del presidente Volodymyr Zelensky de Ucrania, matando al menos a cuatro personas e hiriendo a más de 30, según las autoridades ucranianas.
“Justo antes del ataque, voluntarios de una organización humanitaria —ciudadanos de Ucrania, Estados Unidos y Reino Unido— se habían registrado en el hotel”, dijo el Sr. Zelensky en un comunicado. “Sobrevivieron porque lograron bajar de sus habitaciones a tiempo. Lamentablemente, cuatro personas murieron en este ataque.”
“No debe haber pausa en la presión sobre Rusia para detener esta guerra y el terror contra la vida”, dijo.
Los últimos ataques ocurrieron después de un anuncio de Estados Unidos de que el país estaba suspendiendo tanto la asistencia militar como de inteligencia a Ucrania en un esfuerzo por forzar a Ucrania a la mesa de negociaciones con Rusia. Los funcionarios en Kyiv han advertido que sin la asistencia estadounidense, las capacidades de defensa aérea de Ucrania serían uno de los primeros elementos de su seguridad comprometidos.
El enviado especial de la administración Trump para Rusia y Ucrania, el general retirado Keith Kellogg, dijo el jueves que cortar el intercambio de inteligencia con Kyiv tenía como objetivo llamar la atención del Sr. Zelensky, similar a “golpear a una mula con un palo de madera en la nariz”.
El Sr. Kellogg estaba hablando en el Consejo de Relaciones Exteriores en Washington, y sus comentarios recibieron una recepción fría de los expertos en seguridad nacional en la audiencia. Cuando el Sr. Kellogg, al discutir la pausa en el intercambio de inteligencia, dijo que los ucranianos “se lo buscaron”, la audiencia silbó en respuesta.
Antes del jueves, los equipos de rescate se apresuraron a sacar a civiles heridos del edificio en ruinas en la ciudad natal de Zelensky, Kryvyi Rih, en el centro de Ucrania, y las tripulaciones de defensa aérea de todo el país se apresuraron a defenderse contra los bombardeos que se han vuelto rutinarios durante el invierno.
En total, la Fuerza Aérea Ucraniana informó que Rusia lanzó dos misiles balísticos y 112 drones —incluidos algunos con cabezas de guerra falsas diseñadas para exponer y agotar las defensas aéreas.
La mayoría de los drones mortales fueron derribados, informó la Fuerza Aérea, pero no dijo si alguno de los misiles había sido derribado.
El sistema Patriot de fabricación estadounidense ha demostrado ser la defensa más confiable de Ucrania contra los misiles balísticos más sofisticados de Rusia. La pausa en la asistencia militar estadounidense podría dejar a los ucranianos sin los misiles interceptores que han ayudado a proporcionar una protección sobre la capital, Kyiv, y otras ciudades.
Al mismo tiempo, las alertas de ataques aéreos de Ucrania están informadas, hasta cierto punto, por los datos de alerta temprana proporcionados por los satélites estadounidenses, que pueden detectar aeronaves y lanzamientos de misiles en territorio ruso. No está claro si la pausa en el intercambio de inteligencia incluía información relacionada con esos sistemas.
Las autoridades ucranianas buscaron tranquilizar al público de que estaban tomando medidas para abordar las consecuencias de los movimientos repentinos de su principal aliado militar a medida que Washington se alinea cada vez más con Moscú y ejerce presión sobre Kyiv antes de las negociaciones de paz.
Incluso mientras Kyiv trabaja para persuadir a Washington de que debería presionar a Rusia para poner fin a la guerra en lugar de tomar medidas que debiliten la capacidad de defensa de Ucrania, Ucrania también está apelando directamente al público estadounidense.
Los operadores ucranianos de sistemas Patriot han seguido el ejemplo de los pilotos de combate F-16 al pedir directamente al pueblo estadounidense que se ponga del lado de Ucrania.
“Gracias a su apoyo, todavía estamos vivos y somos capaces de proteger nuestras ciudades y los civiles que viven allí”, dijo un operador en un video publicado por el ejército. “¡Gracias al pueblo estadounidense!”
El Sr. Kellogg, el enviado de la administración Trump, dejó claro el jueves que Estados Unidos no quería que Ucrania ganara la guerra y simplemente quería que terminara el combate. América, agregó, quiere tener el papel de “un interlocutor objetivo” en las conversaciones de paz para lograr un alto el fuego.
Tampoco quiso decir si firmar un acuerdo para dar a las empresas estadounidenses derechos mineros en Ucrania sería suficiente para reiniciar el intercambio de inteligencia, diciendo solo que sería la decisión del presidente Trump.
El Sr. Trump ha mantenido que el presidente Vladimir V. Putin de Rusia ha enviado “señales fuertes” de que está listo para la paz.
Sin embargo, desde que los dos líderes hablaron el 12 de febrero, el bombardeo incesante de infraestructura ucraniana y de ciudades y pueblos desde el frente ruso se ha intensificado.
Más de 90 civiles han muerto desde entonces, según informes públicamente disponibles de funcionarios ucranianos recopilados por The New York Times.
La mayoría de los peores ataques están en las ciudades y pueblos más cercanos al frente.
Los aviones de guerra rusos han estado bombardeando la ciudad de Kostiantynivka —un centro logístico importante para las fuerzas ucranianas que luchan en el este— con una ferocidad creciente.
“El enemigo ha lanzado 108 bombas aéreas sobre la ciudad de Kostiantynivka solo en la última semana”, dijo Vadym Filashkin, jefe de la administración militar regional de Donetsk. Las bombas están entre las más poderosas en el arsenal ruso, con un peso de 500 libras a 6,000 libras.
“Los ataques han matado a 16 personas e herido a 38”, dijo.
Mientras los equipos de rescate en Kryvyi Rih continuaban excavando entre los escombros del hotel, Liudmyla Taran, madre de dos niños pequeños, dijo que la alerta de ataque aéreo llegó solo dos minutos antes de que el misil impactara.
“La explosión fue masiva, las ventanas estallaron, y el apartamento comenzó a oler fuertemente a humo”, dijo. “Nos asustamos de que el apartamento estuviera en llamas, así que corrimos afuera tal como estábamos, sin vestirnos, y esperamos ayuda.”
Dmytro Klymenko, un periodista local de 20 años, dijo que la alerta indicaba que el misil balístico fue lanzado desde Crimea, y que apenas tuvo tiempo de vestirse y correr afuera antes del ataque.
“Mientras me dirigía al refugio, llegó otra alerta, diciendo que solo quedaban segundos antes del impacto”, dijo. “Aceleré y llegué al refugio subterráneo justo cuando escuché la explosión.”
“Por suerte, solo me escapé con un susto”, dijo. “Pero siento mucho por aquellos que sufrieron por culpa de Rusia.”
Liubov Sholudko, Nataliia Novosolova y Julian Barnes contribuyeron con el reporte.