But now, with France banning athletes from wearing headscarves during the Olympics, it brings into question the discriminatory double standards that exist in sports. Amnesty International has criticized this ban, stating that it exposes racist gender discrimination in access to sport in France.
Activist Shireen Ahmed points out that the ban specifically targets racialized women, who are mostly brown and black, and wear the hijab. She argues that this ban takes away the bodily agency and choice of these women, contradicting claims of gender equality in the Olympics.
The ban on religious symbols, including the hijab, by France goes against the Olympic Charter, which states that athletes should not be discriminated against based on race, religion, or culture. The ban has been criticized by human rights groups like Amnesty International for breaching international human rights treaties and the values of the International Olympic Committee.
French secularism, rooted in the principle of laicite, has been used to justify the ban on the hijab and other religious symbols. However, critics argue that this principle is not applied evenly, as seen in the case of football players with religious tattoos or symbols.
The rise of far-right ideologies in France has led to an increase in xenophobia and Islamophobia, with the hijab ban being just one example of discriminatory policies. This has resulted in girls dropping out of sports, impacting their participation and opportunities in the field.
Overall, the ban on the hijab in the Olympics by France highlights the ongoing challenges of discrimination and inequality faced by women, particularly those from marginalized communities.
Pero menos de 10 años antes, hubo una prohibición de la FIFA de jugar con cubiertas religiosas para la cabeza por razones de salud y seguridad, que solo se levantó en 2014.
El organismo rector del baloncesto a nivel internacional, FIBA, levantó su prohibición del hiyab en 2017, con el CEO de USA Basketball, Jim Tooley, diciendo que era un buen paso para que FIBA dejara este tema atrás.
Pero siete años después, la Federación Francesa de Baloncesto dice que una de las razones para mantener su prohibición es promover la igualdad.
Amnistía Internacional dice que las prohibiciones excluyentes de Francia causan humillación, trauma y miedo, y han provocado que muchas mujeres y niñas abandonen los deportes que aman o incluso busquen oportunidades en otros países.
Impedir que las mujeres y niñas musulmanas participen plenamente en deportes, ya sea por ocio y recreación o como carrera profesional, puede tener impactos devastadores en todos los aspectos de sus vidas, incluida su salud mental y física.
Lina Boussaha, de 25 años, nació y creció en París y es una ex internacional juvenil de Francia. Creció jugando en la academia del PSG y disputó cuatro partidos para el equipo senior antes de irse a Lille en un préstamo por una temporada en 2018.
En 2022, se trasladó a Arabia Saudita para jugar en la Liga Premier Femenina de Arabia Saudita, sin saber mucho sobre la liga o el país, pero sabiendo que tenía la oportunidad de seguir jugando el deporte que amaba mientras aún podía usar su hiyab.
Sabía que las únicas soluciones para seguir practicando mi deporte eran o quitarme el hiyab durante los partidos o dejar mi país. Para mí, la elección fue fácil, le dijo a Sky Sports.
La prohibición está afectando a las jóvenes francesas que quieren practicar deportes tanto mental como físicamente.
La jugadora de baloncesto Diaba Konate nació y creció en París, pero fue a Estados Unidos con una beca completa en la Universidad Estatal de Idaho para jugar al baloncesto, diciéndole a The Guardian: Amo mi país de origen, pero siento que América me quiere más. Konate sueña con jugar al baloncesto para Francia, algo en lo que no puede pensar debido a la prohibición del hiyab en Francia.
Es un círculo vicioso, dice Ahmed. Hay una falta de participación debido a las prohibiciones. ¿Qué viene primero, el huevo o la gallina? Nos hemos perdido generaciones de futbolistas de 2007 a 2014 [durante la prohibición de la FIFA sobre prendas religiosas para la cabeza] y luego después de eso, particularmente en Francia.
La parte triste de esto es que no puedes elegir de qué deporte enamorarte. Hay una creciente cantidad de activismo misógino anti-musulmán en las políticas que realmente intenta aislar a las mujeres musulmanas de la sociedad en general. El deporte es parte de una sociedad más amplia.