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Burro descansando después de sacar un carruaje turístico.
En los últimos meses, el debate sobre la existencia de los taxis de burro de Mijas Pueblo ha alcanzado nuevos niveles de tensión, desde protestas públicas hasta un caso de agresión física.
El ayuntamiento de Mijas impuso nuevas normas en agosto limitando los horarios en los que los taxis de burro podrían operar dependiendo de las advertencias meteorológicas de AEMET, la agencia meteorológica nacional, y aseguró al público que se estaban realizando los controles veterinarios correctos para garantizar el bienestar de los burros.
Muleros acusados de no cumplir las reglas
Según grupos de derechos de los animales, el ayuntamiento no está yendo lo suficientemente lejos, falta supervisión y los muleros están incumpliendo las reglas. Llaman la atención sobre fotos de burros llevando turistas que claramente superan el límite de 80kg (aunque uno se pregunta cómo podría hacerse cumplir legalmente), fotos de lesiones en la piel de los burros debajo de la montura que llevan y un video viral de un burro colapsando por lo que parecía ser agotamiento. Por lo tanto, exigen la cesación inmediata de la actividad e incluso sugieren reemplazarla con algún tipo de servicio de tuk tuk mientras los burros son enviados a un santuario local.
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Acusaciones de que los manifestantes no respetan la historia
Los muleros, los operadores de los taxis de burro, por otro lado, destacan la historia de los taxis de burro en que en la década de 1960, cuando comenzó el servicio, la idea inicial era salvar esta raza única de burro de Mijas después de que 90 fueran sacrificados cuando la mecanización agrícola en la zona se volvió prevalente. También refutan las afirmaciones de que la montura causa lesiones al decir que como los burros son machos, tienden a ser naturalmente más brutos, razón por la cual también los mantienen con una correa corta. Los muleros también afirman que se aseguran de que nadie con más de 80kg monte los burros, algo que se puede refutar con fotos publicadas en grupos de redes sociales.
Mientras el debate sigue siendo acalorado, las tensiones aumentan entre la gente local de Mijas que ve los taxis de burro como parte de su patrimonio e ingresos, y los manifestantes que se dice que son predominantemente de origen extranjero. Y en el centro de esta controversia, el ayuntamiento de Mijas, que ha dicho poco sobre el tema a lo largo de los meses de verano.
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