La región de Valencia fue azotada por lluvias torrenciales el martes, lo que provocó inundaciones repentinas que han cobrado trágicamente la vida de un número desconocido de personas, aunque, citando a la policía, el canal de televisión TVE informó que ha habido al menos 13 muertes.
El líder de la región de Valencia, Carlos Mazón, confirmó el hallazgo de varios cuerpos pero se negó a proporcionar detalles específicos por respeto a las familias de las víctimas.
La agencia estatal de meteorología, AEMET, emitió una alerta roja para la región, con algunas áreas como Turis y Utiel recibiendo más de 200 mm de lluvia.
Después de meses de una preocupante sequía, el cielo desató tanta virulencia que torrentes de agua, piedras y barro arrasaron con todo a su paso. Especialmente en el cauce del río Magro.
Los coches fueron arrastrados en un mar de lodo, las clases suspendidas en setenta municipios, el puerto de Valencia y Sagunto cerrados y la A-3 se convirtió en un verdadero infierno dejando imágenes dantescas. Varios tornados, además, sembraron el caos en l’Alcúdia, Carlet, Alginet o Benifaió. Una combinación fatal de eventos extremos.
Las redes sociales se inundaron con videos angustiantes que mostraban a personas atrapadas en aguas de inundación, aferradas a árboles y siendo rescatadas por bomberos utilizando helicópteros. Incluso algunas imágenes capturaron un raro tornado.
Los servicios de emergencia recibieron una avalancha de llamadas de ayuda, pero la gravedad de las inundaciones dificultó llegar a todas las áreas afectadas.
Los científicos atribuyen la creciente frecuencia de este tipo de eventos climáticos extremos al cambio climático, particularmente al calentamiento del Mar Mediterráneo.
Las escuelas y otros servicios esenciales fueron suspendidos en las áreas más afectadas, y se desplegó al ejército para ayudar en los esfuerzos de rescate y evaluar los daños agrícolas.
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