Las motivaciones personales han jugado un papel junto con la ideología en varios ataques terroristas islamistas en Alemania en los últimos cinco años, según un experto en terrorismo.
Martin Kahl, del Instituto de Investigación de la Paz y Política de Seguridad de la Universidad de Hamburgo, participó en una conferencia de prensa organizada por el Servicio de Medios de Integración el jueves.
Les dijo a los periodistas que aunque los perpetradores estaban integrados en “narrativas ideológicas” que circulaban en todo el mundo, uno podría tener la impresión “de que en algunos casos los perpetradores esperan encontrar una salida de sus propias crisis de vida a través de sus acciones”.
A menudo, dijo, las circunstancias propias de los perpetradores, que ellos mismos juzgan insatisfactorias y que desempeñan un papel importante en la planificación del acto, se complementan con un motivo islamista con el objetivo de “darle más significado al acto”.
Los perpetradores a menudo buscan aumentar su propia autoconfianza y volverse famosos.
En algunos casos, también es difícil para los tribunales determinar si la ideología es realmente el motivo principal. “Puede estar tan entrelazado que es casi imposible separarlo”, dijo Kahl.
Los sospechosos involucrados en los últimos cuatro ataques que presuntamente fueron motivados por la religión – en Mannheim, Solingen, Munich y Berlín – no se encontraron que tuvieran trastornos mentales graves.
Mientras que en el pasado, las intervenciones militares occidentales como las de Iraq y Afganistán eran el principal desencadenante de los terroristas islamistas, los expertos creen que más tarde, las caricaturas de Mahoma y la quema del Corán jugaron un papel más importante.
Entre 2014 y 2017, se llevaron a cabo ataques en conexión con el grupo terrorista Estado Islámico (EI). Según Kahl, la ideología del EI sigue siendo un punto de referencia. Sin embargo, los ataques más recientes en Alemania, que según él fueron todos llevados a cabo por “operadores solitarios” con motivos bastante vagos, tuvieron poca o ninguna conexión con grupos terroristas.
Desde 2015, Kahl y su equipo han documentado un total de 15 ataques terroristas islamistas en Alemania, así como cuatro intentos fallidos, 33 casos sospechosos y 33 ataques que fueron prevenidos por las autoridades de seguridad en la fase de planificación o preparación.