Abrí una cuenta de fan de One Direction para encontrar mi tribu. La he revivido para procesar la muerte de Liam Payne.

Pero para muchos de nosotros, especialmente aquellos que crecimos con One Direction, la conexión que teníamos con la banda era más que solo una obsesión adolescente. Era una comunidad, una fuente de alegría y consuelo en momentos difíciles, y una parte integral de nuestra identidad y crecimiento personal.

La muerte de Liam Payne ha sacudido a muchos de nosotros hasta lo más profundo. Nos ha recordado la importancia de las conexiones que hicimos a través de la música, las amistades que forjamos en línea y las experiencias compartidas que nunca olvidaremos. Aunque la banda ya no está activa y cada miembro está siguiendo su propio camino, el impacto que tuvieron en nuestras vidas sigue siendo palpable.

En estos momentos de duelo y nostalgia, nos aferramos a los recuerdos que compartimos, a las canciones que nos hicieron bailar y llorar, y a la sensación de pertenencia que nos brindaba ser parte de la comunidad de fans de One Direction. Aunque Liam Payne ya no está físicamente entre nosotros, su legado y su música seguirán viviendo en nuestros corazones para siempre.

No es solo la persona, sino también el arte, la música, el tipo de personas que se reúnen lo que aviva una pasión que puede hacer que la vida vuelva a ser colorida, a pesar de la pérdida o los matices de nuestro dolor. Porque para nosotros, esto fue más allá de las relaciones parasociales y, al llorar a Payne, también estamos revisando una época menos complicada de nuestras vidas.

“Honestamente, esta comunidad me lo dio todo”, dice Henderson. “Después de encontrar tantas razones para no querer seguir existiendo aquí, sentí que esta comunidad me dio una nueva razón para quedarme. Ese es un sentimiento compartido también por muchos otros fanáticos, y es reconfortante saber que no estoy solo en eso”.

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Thania García es Editora musical asociada de Variedad.

Con un agradecimiento especial a Alethea Freidberg, Jackie García y Abby Harari.