Abandonando la guerra civil de Siria para ser un mercenario en África

Abu Mohammad, a 33-year-old Syrian man living in a tent with his family in northern Syria due to displacement from the civil war, has made the decision to travel to Niger to work as a mercenary. His current situation in Syria is dire, with no running water or proper shelter. He is a member of opposition forces in Syria, earning less than $50 a month. The opportunity to work in Niger for $1,500 a month seems like a better option for him to support his family.

Many other Syrian fighters have also made the choice to go to Niger in search of better opportunities. The journey to Niger is facilitated by Syrian faction leaders, promising financial benefits and compensation for their families in case of death in battle. The deteriorating situation in West Africa’s Sahel region has made Niger a popular destination for Syrian mercenaries seeking financial stability.

The Turkish government is reportedly involved in sending these mercenaries to Niger to protect Turkish interests in the region. However, once in Niger, the reality is different, with Syrians ending up under Russian command fighting jihadist groups. This poses a dilemma for these fighters who are opposed to the Syrian regime, as Russia supports President Assad.

Despite the risks and uncertainties, Syrian fighters see Niger as a way to improve their financial situation and achieve their dreams. Private companies, allegedly connected to the Turkish government, are involved in recruiting and sending Syrian mercenaries to Niger, though these claims have been denied by the companies involved. The process of recruitment and deployment remains secretive, with fighters waiting to sign contracts just before or during their travel to Niger. El director de la organización, Rami Abdul Rahman, acusa al estado turco de explotar a los sirios sin dinero y con perspectivas económicas difíciles.

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La BBC presentó estas acusaciones al ministerio de asuntos exteriores turco, pero no hemos recibido respuesta.

No es la primera vez que el gobierno turco ha sido acusado de enviar combatientes sirios al extranjero. Varios informes, incluido uno del Departamento de Defensa de EE.UU., han documentado combatientes sirios respaldados por Turquía en Libia – Turquía reconoció previamente que había combatientes sirios presentes allí pero no admitió reclutarlos. También ha negado haber reclutado y desplegado mercenarios sirios en la región disputada de Nagorno-Karabaj en el Cáucaso.

Vida en Níger

Los yihadistas han sido vinculados a ataques, como el que destruyó esta antena telefónica local en el suroeste de Níger en 2022 [Getty Images]

Las condiciones en Níger hacen que mantenerse en contacto con las familias en Siria sea muy difícil. Cuando los reclutas llegan, se les confiscan los teléfonos, según Abdul Rahman del SOHR. Y Abu Mohammad dice que sus amigos en África “pueden contactar a sus familias una vez cada dos semanas, a veces menos”.

Agrega que no pueden hablar con sus esposas o padres ellos mismos, y la comunicación debe pasar por sus superiores en Níger “quienes tranquilizan a las familias de los combatientes de que están bien”.

Ali agrega que algunos de sus amigos que viajaron a Níger le dijeron que pasaron la mayor parte de su tiempo “dentro de bases militares, esperando órdenes para luchar”.

Y no todos regresan a casa. Según el SOHR, nueve han sido asesinados en Níger desde diciembre de 2023. Los cuerpos de cuatro de ellos han sido devueltos a Idlib pero aún no han sido identificados.

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Raed y Ali dicen que sus familias no quieren que se vayan, por lo que podrían terminar mintiendo y fingiendo que van a Turquía para entrenar durante unos meses.

La familia de Abu Mohammed tampoco está entusiasmada con la idea. “Si tuviera los medios para vivir una vida decente, no haría este tipo de trabajo ni aunque me ofrecieran un millón de dólares”, dice, pero agrega “si mi hijo me pidiera una bicicleta, nunca podría permitírmelo – son estas cosas las que me empujan a ir”.

Los nombres de Abu Mohammad, Ali y Raed han sido cambiados por razones de seguridad.