La rápida derrota de la boxeadora argelina Imane Khelif a su oponente italiana en los Juegos Olímpicos de París el jueves ha provocado una controversia después de que fuera descalificada de una competencia anterior por niveles reportadamente altos de testosterona.
Figuras como la primera ministra de extrema derecha de Italia, Giorgia Meloni, condenaron rápidamente que Khelif pudiera competir en los Juegos de Verano.
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A medida que la controversia amenazaba con opacar el sexto día de los Juegos Olímpicos, aquí hay algunos datos sobre la testosterona.
¿Qué es la testosterona?
La testosterona es una hormona sexual producida tanto por hombres como por mujeres. Sin embargo, los hombres producen hasta 20 veces más testosterona, principalmente en los testículos.
Las mujeres producen mucho menos, en los ovarios y las glándulas suprarrenales.
Un nivel normal de testosterona para los hombres se estima entre 10 y 35 nanomoles por litro en sangre, según el hospital Mount Sinai de EE. UU.
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Para las mujeres, está entre 0.5 y 2.4 nmol por litro.
Los niveles de testosterona también pueden variar ampliamente según la edad y la época del año.
Cuando las personas producen naturalmente un exceso de hormonas sexuales como la testosterona, se llama hiperandrogenismo.
Se estima que esta condición afecta al cinco por ciento de las mujeres, y alrededor del 70 por ciento de los casos son causados por el síndrome de ovario poliquístico, según investigaciones.
Los síntomas incluyen acné, crecimiento de vello corporal y pérdida de cabello en el cuero cabelludo.
¿Cómo afecta esto al deporte?
La testosterona puede promover la masa ósea y muscular: aumentar deliberadamente los niveles es una forma común de dopaje y está prohibido.
Investigaciones han sugerido que las personas con un exceso de testosterona están sobre representadas en el deporte de élite.
Pero cuánto la hormona mejora el rendimiento sigue siendo motivo de debate.
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La jefa de derechos humanos del Comité Olímpico Internacional, Magali Martowicz, dijo en 2021 que no había un “consenso científico” sobre cómo la testosterona afecta el rendimiento atlético.
En los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, la halterófila de Nueva Zelanda, Laurel Hubbard, se convirtió en la primera mujer transgénero abierta en participar en un evento olímpico.
Para calificar, tuvo que mantener sus niveles de testosterona por debajo de 10 nmol por litro durante al menos 12 meses.
A pesar de cumplir con los requisitos, la participación de Hubbard fue ampliamente criticada.
A finales de 2021, el COI renunció a establecer pautas uniformes para este tipo de criterios de participación, dejándolo a las federaciones deportivas internacionales por separado.
¿Qué pasa con las boxeadoras?
Khelif fue descalificada durante los campeonatos mundiales de boxeo el año pasado después de que “los niveles elevados de testosterona no cumplieran con los criterios de elegibilidad”, según el sitio web del COI.
Tanto Khelif como la boxeadora Lin Yu-ting de Taiwán fueron descalificadas del evento de Nueva Delhi por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) bajo el oligarca ruso Umar Kremlev.
Sin embargo, debido a problemas de gobernanza, financieros y éticos en la IBA, fue expulsada efectivamente del movimiento olímpico el año pasado. El COI se ha hecho cargo de organizar el boxeo en los Juegos de París.
En un comunicado el miércoles, la IBA dijo que las dos boxeadoras “no se sometieron a un examen de testosterona, pero fueron objeto de una prueba separada y reconocida, cuyos detalles se mantienen confidenciales”.
El portavoz del COI, Mark Adams, dijo que todos los participantes en el evento de mujeres “cumplen con las reglas de elegibilidad para la competencia”.
“Estas atletas han competido muchas veces antes durante muchos años, no acaban de llegar, compitieron en Tokio”, dijo.
“La testosterona no es una prueba perfecta. Muchas mujeres pueden tener testosterona que se encuentra en lo que se llamarían niveles ‘masculinos’ y aún así ser mujeres, aún competir como mujeres”, dijo.
“Esta idea de que de repente haces una prueba de testosterona y eso resuelve todo, lamentablemente no es el caso”, agregó.
“Espero que todos estemos de acuerdo en que no estamos pidiendo que la gente vuelva a los malos tiempos de las pruebas de sexo, lo cual fue terrible de hacer”.
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