Informe Especial desde Sudán: Resumen del Jueves

La guerra ha empujado a Sudán hacia el abismo. Mi colega Declan Walsh y el fotógrafo Ivor Prickett pasaron tres semanas en Sudán, donde pocos reporteros extranjeros han tenido acceso en el último año. Desde que estalló el conflicto allí en abril de 2023, millones de personas han sido desplazadas y una hambruna inminente amenaza las vidas de cientos de miles de niños. Jartum, la capital y una de las ciudades más grandes de África, ha sido reducida a un campo de batalla carbonizado. Una disputa entre dos generales ha arrastrado a Sudán a la guerra civil y ha convertido a la ciudad en el epicentro de una de las peores catástrofes humanitarias del mundo. Según estimaciones de Estados Unidos, hasta 150,000 personas han muerto desde el inicio de los enfrentamientos. Nueve millones han sido obligados a abandonar sus hogares, haciendo de Sudán el hogar de la mayor crisis de desplazamiento en la Tierra, según la ONU. Otra genocidio ahora amenaza a Darfur, la región que se convirtió en sinónimo de crímenes de guerra hace dos décadas. La ONU advierte que la hambruna podría matar a más de 220,000 niños en los próximos meses. Si no se controla, podría rivalizar con la hambruna etíope de la década de 1980. En el terreno: En una unidad de hambruna silenciosa, bebés hambrientos luchan por la vida. Cada pocos días, uno de ellos muere. Los proyectiles de artillería surcan el Nilo, destrozando hospitales y casas. La emisora de televisión estatal era utilizada como cámara de tortura. ¿Qué sigue? Las negociaciones de paz lideradas por Estados Unidos se han estancado. El estado sudanés se está desmoronando, amenazando con arrastrar a una región frágil con él. Los expertos dicen que es cuestión de tiempo antes de que uno de sus vecinos, como Chad, Eritrea o Sudán del Sur, se vea involucrado.

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