Estafa de alquiler en Mallorca

La Sala Suprema ha anulado la doble condena impuesta por un tribunal de Palma a una mujer por fraude en línea relacionado con un anuncio falso de alquiler en Airbnb. La acusada ya había sido condenada por el mismo delito por la Audiencia Nacional, lo que llevó a la anulación automática de la segunda sentencia.

La mujer formaba parte de una red de más de 40 individuos dedicados a cometer fraudes en línea en todo el país durante años. Su especialidad era el phishing: robo de identidad para redirigir pagos a proveedores falsos. Durante más de un año, la red logró engañar a alrededor de 50 ayuntamientos y administraciones públicas, así como a decenas de particulares, incluidas cuatro víctimas en Mallorca. Para estas víctimas, las estafas principalmente implicaban ofertas de alquiler falsas, ya sea a través de portales de propiedades o alquileres vacacionales a corto plazo.

Dentro de la organización, la mujer condenada ocupaba uno de los rangos más bajos. Su función era abrir cuentas bancarias utilizando sus propios documentos de identidad, que luego se utilizaban para recibir fondos de los fraudes. Cada vez que se transfería un pago a su cuenta, debía retirar inmediatamente el dinero de un cajero automático antes de que el banco o la víctima pudieran tomar medidas. Al utilizar sus propios documentos, se volvió mucho más vulnerable a la investigación en comparación con los cerebros de la operación.

Sentencia de Prisión
En junio del año pasado, fue condenada por un tribunal penal en Palma a seis meses de prisión por fraude. Esa sentencia se basó en pruebas de que había proporcionado su cuenta bancaria para recibir el pago de un alquiler fraudulento en Airbnb en Palma. La víctima transfirió 1.440€ para la reserva, una cantidad que fue retirada rápidamente de la cuenta.

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Sin embargo, este mismo fraude ya había sido parte de un caso más complejo juzgado por la Audiencia Nacional. En ese caso, también había sido condenada por fraude y participación en una organización criminal, recibiendo una pena de prisión. La investigación en ese caso encontró que había recibido tres transferencias, todas por estafas de alquiler.

Ante la doble condena por el mismo delito, la Fiscalía actuó por iniciativa propia y presentó un recurso extraordinario de revisión contra la sentencia del tribunal de Palma, que ya era definitiva. La Sala Suprema concluyó que los delitos abarcados por ambas condenas eran los mismos y aceptó la revisión extraordinaria, un mecanismo utilizado en casos similares. El Tribunal dictaminó que se había violado el principio de non bis in idem, no ser castigado dos veces por el mismo acto, y anuló la segunda condena.