From elected to accused of corruption, fired, accused of rape, acquitted, elected president, accused of corruption again, denied, ousted, imprisoned for contempt of court, freed, barred from becoming an MP – South Africa’s Jacob Zuma has weathered it all.
Despite facing scandal after scandal, the 82-year-old former president continues to wield significant influence in South African politics.
His recent election campaign for his new party, uMkhonto weSizwe (MK), saw significant success, with the party gaining 15% of the vote and causing a major upset for the ruling African National Congress (ANC).
Known for upholding his cultural and traditional Zulu beliefs, Zuma remains a revered figure in his home province of KwaZulu-Natal.
His ability to connect with the poor and marginalized, along with his role as a peace broker during political violence in the country’s transition to democracy, has endeared him to many.
Despite facing legal troubles and being barred from standing as an MP, Zuma’s popularity remains strong among his supporters, who see him as a fearless warrior who never backs down.
His resilience and political savvy have earned him a reputation as a force to be reckoned with in South African politics, with even his opponents acknowledging his enduring influence.
From his anti-apartheid activism to his rise through the ranks of the ANC, Jacob Zuma’s political career has been marked by controversy and resilience, making him a polarizing figure in South African politics.
Él admitió haber tenido relaciones sexuales con la mujer, que era VIH positiva, pero dijo que el encuentro fue consensual.
El Sr. Zuma se burló cuando dijo que se había duchado después del sexo para prevenir la transmisión del VIH y creía que un hombre sano era poco probable que contrajera el VIH de una mujer.
Al año siguiente, fue absuelto de violación.
El caso de violación tuvo lugar unos años antes de que se convirtiera en presidente [AFP]
Luego luchó para volver a la cima del ANC y se convirtió en presidente en 2009.
El Sr. Zuma se mantuvo en el cargo hasta que fue obligado a renunciar en 2018 después de una intensa presión de su propio partido.
Esto ocurrió después de que fue acusado de estar involucrado en un proceso conocido como “captura del estado”, donde permitió que una familia de hombres de negocios adinerados, los Gupta, ejerciera una enorme influencia política.
El Sr. Zuma y los hermanos Gupta han desestimado las acusaciones de corrupción como una fabricación.
El ex presidente y sus seguidores culpan a su sucesor, el Sr. Ramaphosa, por su caída.
Y ahora podría querer saldar cuentas con su rival.
Con las negociaciones de coalición en marcha, el partido MK ha dejado claro que solo formará una asociación con el ANC si el presidente renuncia.
Frescamente fortalecido por el desempeño de su partido, el Sr. Zuma lanzó el primer golpe el sábado, alegando irregularidades.
“Nadie debe declarar resultados, no nos provoques, no empieces problemas”, dijo en vísperas del anuncio de los resultados electorales finales.
La comisión electoral ha negado rotundamente estas acusaciones.
La policía está en alerta debido al riesgo de posibles disturbios tras los comentarios del Sr. Zuma.
A pesar de esta situación y relación acrimoniosa, el ANC no ha descartado una coalición con el partido MK.
“Estamos hablando con todos los que estén dispuestos a formar un gobierno con nosotros”, dijo el Sr. Mbalula.
Todo muestra la notable capacidad del Sr. Zuma para permanecer en el ring.
[BBC]
[Getty Images/BBC]
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