President-elect Trump has taken early control of power and is already acting as president, according to lawmakers from both parties. In contrast, Joe Biden has maintained a lower profile during the final days of his presidency. Trump is not only dictating events on Capitol Hill but also making international headlines by threatening to reclaim control of the Panama Canal and asserting U.S. ownership and control of Greenland. Lawmakers have acknowledged Trump’s influence, with Sen. Lisa Murkowski stating that “It’s clear he’s in charge now,” even without the election certification. Some lawmakers have even felt that Trump, not Biden, was the one wielding the veto pen during recent negotiations to avoid a government shutdown. Republican strategist Vin Weber noted that Trump played a significant role in the spending fight by getting Republicans to remove over 1,300 pages from the original deal. This resulted in a final package that excluded many Democratic priorities. Meanwhile, Biden stayed out of the congressional drama, with his team maintaining minimal involvement in negotiations. Trump’s assertiveness weeks before Inauguration Day has set new standards, according to political science professor Stephen S. Smith. Despite criticism from some Republicans about Biden’s low-key approach, his allies argue that he didn’t need to intervene in the spending fight. Ultimately, Trump’s active role in shaping the final funding bill was seen as more impactful than Biden’s relatively passive stance. Richard Blumenthal (D-Conn.) le dijo a The Hill el viernes por la tarde, aunque reconoció que no estaba al tanto de conversaciones a nivel de liderazgo.
Los legisladores se preguntaban sobre el papel de Biden en las negociaciones de gasto justo cuando The Wall Street Journal publicó un informe detallando cómo los asistentes de la Casa Blanca se adaptaron “en torno a las necesidades de un líder disminuido” durante el tiempo de Biden en el cargo.
Biden habló primero directamente con el líder de la mayoría del Senado Chuck Schumer (D-N.Y.) y el líder demócrata de la Cámara Hakeem Jeffries (D-N.Y.) sobre las demandas de Trump para el proyecto de ley de gastos provisional el viernes por la mañana.
El Congreso estuvo a pocas horas de un cierre del gobierno después de que Trump anunciara su oposición al acuerdo de financiamiento que los legisladores presentaron el martes por la noche y exigiera en su lugar aprobar una medida provisional limpia combinada con legislación para extender el límite de la deuda más allá de 2025.
Biden no respondió directamente a esas demandas, dejando que Schumer y Jeffries rechazaran la demanda de límite de deuda de Trump.
Pero altos funcionarios de la administración estuvieron en contacto con legisladores demócratas durante toda la semana, y la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, emitió una declaración el miércoles instando a los republicanos a “dejar de jugar a la política” con el acuerdo de financiamiento bipartidista.
“El presidente Biden y su equipo trabajaron mano a mano con los líderes Jeffries y Schumer para aprovechar los errores de los republicanos en su contra, garantizando que el público estadounidense supiera que los republicanos de la Cámara y Trump estaban rompiendo su palabra y poniendo los recortes de impuestos para los ricos por encima de las tropas y los beneficiarios de la Seguridad Social, todo bajo la dirección del hombre más rico del mundo”, dijo el subsecretario de prensa adjunto de la Casa Blanca, Andrew Bates.
A través de Bates, la Casa Blanca se atribuyó el mérito de rechazar la demanda de Trump de que los republicanos cerraran el gobierno a menos que los demócratas acordaran una extensión a largo plazo del límite de deuda.
“Nuestro maniobra evitó un cierre del gobierno provocado por los republicanos en Navidad mientras exponíamos que las mayorías entrantes y la administración venderán a las familias trabajadoras, incluidos los niños con cáncer, a sus donantes multimillonarios conectados en un abrir y cerrar de ojos”, dijo, refiriéndose a la participación de Musk en la lucha por el gasto.
Los aliados de Biden también han respondido a las críticas señalando sus logros.
Los demócratas celebraron una gran victoria el viernes después de que el Senado confirmara al 235º nominado judicial de Biden, superando los 234 jueces confirmados durante el primer mandato de Trump en el cargo.
Biden también volvió a la primera plana el lunes al conmutar las sentencias de 37 de los 40 presos federales condenados a muerte.
Un funcionario de la Casa Blanca señaló su histórico viaje a Angola a principios de este mes y la cantidad total de inversiones del sector privado en energía limpia, semiconductores y otras manufacturas avanzadas que alcanzaron $1 billón en noviembre.
Aun así, el enfoque de Biden en sus últimas semanas en el cargo contrasta bruscamente con la dominación de Trump en el centro de atención mediática en las últimas semanas desde que ganó las elecciones.
Trump entregó titulares explosivos durante el fin de semana al declarar que consideraría retomar el control del Canal de Panamá, al que llamó un “activo nacional vital”, y prometió rebautizar Denali, la montaña más alta de la nación, como Monte McKinley.
Lo remató el domingo publicando en Truth Social que la “propiedad y control de Groenlandia por parte de EE. UU. es una necesidad absoluta”.
Expertos políticos y estrategas dicen que las posiciones vocales de Trump sobre una variedad de temas son inusuales en comparación con las transiciones presidenciales pasadas.
Smith, el científico político de la Universidad de Washington, calificó de “inusuales” las pronunciaciones ruidosas de política exterior de Trump durante la transición.
Una señal de su impacto fue visible al norte de la frontera.
La amenaza de Trump de imponer fuertes aranceles a Canadá, uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos, ha debilitado al primer ministro canadiense Justin Trudeau, y la ministra de Finanzas de Canadá, Chrystia Freeland, renunció abruptamente después de un desacuerdo sobre cómo responder.
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