BBC/Michael Steininger reports that the BBC was given rare access to Al Sina, the largest prison for IS detainees, housing around 5,000 men. The chaos in post-Assad Syria is creating opportunities for the resurgence of the Islamic State, according to General Mazloum Abdi, a Kurdish commander. The general expressed concern about the increase in IS activity and the danger of a comeback due to the group’s access to arms left behind by Syrian regime troops. He also warned of a potential threat to SDF-run prisons in north-east Syria, where about 10,000 IS men are held, along with 50,000 of their family members in camps.
General Abdi highlighted the challenges faced by the SDF, including attacks from Turkey and the need to divert fighters to defend against these threats, which has impacted counterterrorism operations against IS. The risk of an IS resurgence is further exacerbated by Turkey’s airstrikes targeting SDF forces, according to the general.
Within Al-Sina, every cell door is tightly secured, and the tension among the staff is palpable. Most detainees in the prison were committed to IS ideology, according to Kurdish security sources. The BBC met a 28-year-old IS detainee from Australia who shared his journey from leaving Australia to ending up in Aleppo, claiming he was not involved in violence but hesitant to disclose his support for IS due to legal implications.
In Roj camp, where around 3,000 women and children linked to IS fighters are detained, there is a sense of hope for freedom with the fall of Assad. Saida, a detainee from Dagestan, and her son Ali are among those hoping for a chance to return to Russia for freedom. The camp manager expressed concerns about the potential for IS to rescue detainees, emphasizing the need for continued security measures. La BBC / Michael Steininger “Por lo general, cuando está tan tranquilo, significa que las mujeres se están organizando”, dijo. “Han empacado sus maletas listas para irse. Dicen: ‘Pronto saldremos de este campamento y nos renovaremos. Volveremos como IS’.”
Ella dice que hay un cambio visible, incluso en los niños, que cantan consignas y maldicen a los transeúntes. “Dicen: ‘Volveremos y te atraparemos. Está [IS] llegando pronto’.”
Durante nuestro tiempo en el campamento, muchos niños levantaron el dedo índice de sus manos derechas. Este gesto es utilizado por todos los musulmanes en la oración diaria, pero también es ampliamente utilizado por los militantes de IS en imágenes de propaganda.
Las mujeres en el campamento Roj no son las únicas que están empacando sus maletas.
Algunos civiles kurdos en la ciudad de Al-Hasakah están haciendo lo mismo, temiendo un regreso de los yihadistas y otra ofensiva terrestre por parte de Turquía en el noreste de Siria.
Jewan, de 24 años, que enseña inglés, se está preparando para irse, a regañadientes.
“He empacado mi bolsa, y estoy preparando mi identificación y mis documentos importantes”, me dice. “No quiero dejar mi hogar y mis recuerdos, pero todos vivimos en un estado de miedo constante. Los turcos nos están amenazando, y las puertas están abiertas para IS. Pueden atacar sus cárceles. Pueden hacer lo que quieran.”
Jewan fue desplazado una vez antes de la ciudad del noroeste de Alepo, al comienzo de la guerra civil de Siria en 2011. Ahora se pregunta a dónde ir.
“La situación exige una intervención internacional urgente para proteger a los civiles”, dice. Le pregunto si cree que vendrá. “No”, responde suavemente. Pero me pide que mencione su súplica.
Reportaje adicional de Michael Steininger y Matthew Goddard