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El antiguo Bingo Balear cerca del mercado del Olivar en Palma lleva cerrado diez años. Un plan para convertirlo en un casino definitivamente quedó descartado hace dos años cuando el Tribunal Superior de Justicia de Baleares se pronunció en contra.
El propietario es Eusebio Cano, quien dirige el Bingo Rosales en la Calle Manacor. Él indica que un grupo de inversores suecos va a rehabilitar el edificio de 2.000 metros cuadrados y convertirlo en un spa con talasoterapia, gimnasio y tratamientos holísticos.
“Tienen ideas muy claras y van a hacer una inversión de siete cifras.” La empresa sueca se encargará de gestionar el spa, que tendrá capacidad para hasta cuarenta personas, mientras que Cano seguirá siendo dueño del local.
El edificio abrió por primera vez en 1909. A lo largo de los años ha sido teatro y cine, ha albergado producciones de zarzuela y espectáculos de variedades e incluso circos.
La intención de convertir el edificio en un casino fue bloqueada por primera vez por el departamento de urbanismo del ayuntamiento en 2015. Pasaron siete años para que el proceso legal llegara a su fin. Incluso antes de la decisión del tribunal, Cano ya se había resignado al hecho de que no habría un casino.
Con el plan general de urbanismo revisado, se permitirá un nuevo uso para el edificio. No obstante, el ayuntamiento tendrá que dar permiso para la conversión en un spa.
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