El Rey y la Reina de España presidieron un servicio conmemorativo en la catedral de Valencia, al que asistieron cientos de familiares de los fallecidos y políticos españoles de alto rango. Entre los representantes del Gobierno se encontraban la Primera Vicepresidenta y Ministra de Hacienda María Jesús Montero, el Ministro de Política Territorial Ángel Víctor Torres, la Ministra de Ciencia, Innovación y Universidades Diana Morant y la delegada del Gobierno Pilar Bernabé.
El Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, estuvo notablemente ausente.
Organizado por el Arzobispado, el servicio acogió a alrededor de 400 familiares de las víctimas. También estuvieron presentes muchos alcaldes de municipios afectados por las inundaciones, incluido el Presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, quien aún no ha conocido a las familias por respeto a su duelo.
El evento generó cierta controversia, con familiares acusando a los políticos de utilizar el servicio para mejorar su imagen después del desastre mal gestionado. La seguridad fue estricta y algunos familiares protestaron fuera de la catedral, llamando a los políticos “asesinos”.
El servicio, dirigido por el Arzobispo Enrique Benavent, contó con la presencia de párrocos de las zonas afectadas, obispos valencianos, el Consejo Episcopal y el Cabildo Catedralicio.
El Rey y la Reina ofrecieron sus condolencias después del himno de la coronación de la Virgen de los Desamparados.