Con una embriagadora dosis de nostalgia de los 80 y la gravedad que sólo un guión lleno de feroces matriarcas intergeneracionales puede aportar, la mexicana Mayra Hermosillo reveló un corte de su matizado y animado título sobre la mayoría de edad “Vainilla”, entre los actores seleccionado para Primer Corte de Ventana Sur.
La película está producida por Stacy Perskie, Karla Luna Cantú y Andrea Porras Madero en el aclamado Redrum de México, con créditos de producción que incluyen “Bardo” de Alejandro González Iñárritu y “Mozart in the Jungle”, ganadora del Globo de Oro, protagonizada por Gael García Bernal. Paloma Petra de la Huasteca Casa Cinematográfica de Nuevo León coproduce el proyecto.
“Nos llamó la atención el increíble nivel de detalle del guión y la viveza con la que el mundo y los personajes cobraron vida. La historia se sintió profundamente personal y profundamente conmovedora. Queremos apoyar proyectos que ofrezcan perspectivas frescas con voces subrepresentadas y que puedan inspirar al público, esta fue una oportunidad perfecta”, dicen Perskie, Luna Cantú y Porras Madero. Variedad.
El debut como directora de Hermosillo sigue la difícil situación de siete mujeres de fuerte voluntad que luchan por salvar la casa de su familia de una ejecución hipotecaria. La narrativa está anclada en el miembro más joven de la familia, Roberta. A los 8 años, tiene los ojos muy abiertos y es descarada, y poco a poco va tomando conciencia de la forma en que los demás perciben su situación de vida, que está fuera de las normas convencionales: ningún padre a la vista, sólo una miríada de influencias que recorren diferentes versiones de su feminidad.
Parece vital que el guión centre su experiencia, ya que la forma mágica y sin cargas en la que imagina el mundo le da peso a cada escena cuando se yuxtapone con los adultos que la rodean, cuyas firmes exteriores se niegan a dar paso a la derrota o la caridad.
“Elegí contar la historia a través de los ojos del miembro más joven de esta gran familia porque es la única experiencia de la que puedo hablar genuinamente. Cuando era niña lo único que quería era pertenecer a ese clan de adultos, ser parte de esas mujeres que contribuían al mantenimiento de nuestro hogar. Su trabajo me pareció increíblemente atractivo: las rutinas, los horarios, ganar dinero. Desde una perspectiva puramente inocente, no entendí del todo lo que realmente significaba sostener una vida”, comparte Hermosillo.
“Mirando ahora hacia atrás, con el beneficio del tiempo y la reflexión, creo que esta decisión da forma a la forma en que se cuenta la historia, devolviéndonos a su esencia. A medida que envejecemos, perdemos esa inocencia e ingenuidad y comenzamos a protegernos de lo que la sociedad considera correcto o incorrecto. Contar la historia desde la perspectiva de la infancia me permite aferrarme a esa verdad y esa esencia que una vez tuve, una época en la que no tenía miedo de mostrar quién era”, añadió.
Con un millón de formas de formar una familia, tradicionalmente sólo unas pocas versiones desinfectadas de la unidad nuclear llegan a la pantalla grande, lo que deja a una franja de la población defendiendo su versión del hogar contra normas obsoletas.
“Vainilla” logra congraciar e informar, mientras los personajes marchan unos alrededor de otros en un hogar que es tan reconfortante como asfixiante. A través de Roberta, tenemos acceso a retratos sucintos de todas las mujeres de su círculo que forman un frente unido para criarla, influenciarla y adorarla: sus fortalezas y debilidades están igualmente presentes. La casa rebosa de una especie de amor sereno en medio del caos, todos trabajando por la salvación.
“Creo que cada familia, cada individuo, es único. Las estructuras sociales que creamos a menudo etiquetan los comportamientos como aceptables o inaceptables, buenos o malos, extremos o moderados. No creo que ninguna familia esté exenta de esta complejidad. Cada familia posee su propia particularidad, originalidad y esencia. Reconocer, aceptar y compartir estas diferencias nos permite sentirnos conectados en una sociedad donde todos somos distintos”, transmite Hermosillo.
“Todos buscamos pertenecer a una comunidad, una ‘tribu’ que nos permita ser nosotros mismos y expresar nuestras experiencias de manera auténtica. Cuando enfrentamos desafíos dentro de nuestras relaciones familiares, especialmente con parientes cercanos como madres o hermanos, la naturaleza de esos vínculos difiere de la de las amistades. ¿Por qué concedemos tanta libertad a las familias? Creo que hay mucho que explorar para comprender estas dinámicas y cómo se relacionan con otras áreas de la vida, como el trabajo y las amistades”, continuó. “Es importante reconocer que todos somos diferentes y que las diversas experiencias pueden desencadenar diversas respuestas en nosotros. Fomentar conversaciones abiertas sobre la vulnerabilidad puede ayudarnos a entendernos mejor unos a otros. Pero me pregunto si el mundo está realmente preparado para ese tipo de diálogo”.
Un relato abierto con los ojos abiertos sobre la infancia, sus maravillas y la desilusión que trae consigo, el guión permite que el indomable sentido de identidad de Roberta impregne las escenas, absorbiendo los problemas de los mayores como una esponja. No es inmune a la ansiedad o el aislamiento de ser un paria en una situación desesperada: se aferra firmemente a la esperanza e infunde un encanto que recuerda un momento muy aleccionador en nuestras líneas de tiempo, cuando nuestra armadura infantil se vio comprometida por influencias externas.
“La perspectiva de Roberta refleja mi propia experiencia. Siempre he sido una persona juguetona, incluso cuando la vida me exige cierta seriedad. Las necesidades, los miedos y las luchas de los demás acaban imponiendo una gravedad que no puedes evitar, por mucho que desees abordar las cosas a través del juego. En algún momento, tienes que enfrentar la realidad de todo esto: un lugar incómodo en el que debes aceptar que las cosas cambiarán, se transformarán y, en última instancia, también te afectarán a ti”, explica Hermosillo.
Y añade: “Una de las mejores cosas que me pasó cuando era niña fue que mi madre y mi abuela me hablaron con sinceridad. Rara vez me ocultaron cosas, ya fueran problemas financieros, luchas emocionales o incluso rupturas. Si bien esa honestidad me moldeó, también cambió mi experiencia infantil. No me traumatizó, pero me transformó. Es como estar en la fiesta de cumpleaños de tu mejor amigo: todos ríen y juegan hasta que de repente alguien resulta herido. La diversión se detiene y tienes que lidiar con ese momento de dolor. Así es la vida, de verdad. Está lleno de alegría e inocencia, pero eventualmente la realidad llega y cambia el tono. Quería reflejar esa dualidad en el mundo de Roberta: el equilibrio entre la alegría y los momentos inevitables donde la seriedad de la vida exige reconocimiento”.
Aurora Dávila, Fernanda Baca, María Castella, Paloma Petra, Natalia Plascencia, Rosy Rojas y Lola Ochoa protagonizan el proyecto, que recibió apoyo del fondo Focine de México en 2023 luego de ser seleccionado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes para el desarrollo de guion en 2021. La película fue seleccionada para participar en la sección Cine en Construcción del Festival Rencontres de Toulouse en marzo.
“Dar vida a este proyecto no estuvo exento de desafíos. Redrum trabaja principalmente en producciones respaldadas por estudios y ‘Vainilla’ es una película completamente independiente que fue posible gracias a incentivos cinematográficos mexicanos y la ayuda de nuestros colaboradores. Es un trabajo de amor, creado con recursos limitados pero con mucha pasión y determinación. Estamos increíblemente agradecidos por todos los que contribuyeron y tenemos la esperanza de conseguir los fondos necesarios para compartir este viaje con audiencias de todo el mundo. Nuestros corazones están llenos de gratitud y emoción por lo que está por venir”, afirmaron Perskie, Luna Cantú y Porras Madero.