A PESAR de que España es famosa por su saludable y longeva dieta mediterránea, no está reconocida oficialmente junto a Cerdeña, Okinawa e Ikaria como una sagrada Zona Azul.
Las Zonas Azules son áreas del mundo donde las personas viven significativamente más tiempo y de manera más saludable, alcanzando a menudo los 100 años o más.
Y el experto en longevidad estadounidense Dan Buettner, quien ha pasado años estudiando las comunidades más longevas del mundo para National Geographic, tiene algunos consejos sobre los alimentos que se deben evitar para las personas en España que aspiran a una ‘dieta de Zona Azul’.
En primer lugar en la lista están las bebidas gaseosas.
Cada año, los españoles consumen una cantidad asombrosa de 36 litros de refrescos azucarados y devoran casi un kilo de aperitivos salados.
Estos no son solo calorías vacías, según Buettner, son posibles bombas de tiempo para la salud.
Lejos de ser refrescos inocentes, estas bebidas se han relacionado con una aterradora variedad de riesgos para la salud.
Investigaciones publicadas en The American Journal of Clinical Nutrition advierten que están relacionadas con un aumento de casos de demencia, así como contribuyen al aumento de peso y problemas cardiovasculares.
Los aperitivos salados y las patatas fritas también son un no-no.
La cardióloga de la Clínica Mayo Elizabeth Klodas señala que estos tentempiés aparentemente inofensivos son pesadillas nutricionales, cargadas de sal pero completamente carentes de fibra y nutrientes.
Están aumentando silenciosamente la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardíacas con cada puñado.
Los dulces y embutidos completan la lista de peligros.
Los dulces pueden no ser un indulgencia diaria para los adultos, pero Buettner advierte que tenerlos en casa aumenta la probabilidad de excesos, lo que puede llevar a problemas como la enfermedad del hígado graso, según investigadores de Harvard.
Y lo más impactante para los amantes del jamón en España, la Organización Mundial de la Salud ha categorizado a los embutidos procesados en la misma categoría de carcinógenos que los cigarrillos, una comparación que debería hacer que incluso el fanático más dedicado de la charcutería se detenga.
La solución no se trata de hacer dietas extremas. Buettner sugiere una estrategia simple: transforma tu hogar en una ‘mini zona azul’.
Llena tu cocina con legumbres, frutos secos y frutas frescas. Simplemente al eliminar los alimentos poco saludables, podrías reducir su consumo en un 80%.
“Las dietas de Zona Azul no se tratan de restricción”, explica Buettner. “Se trata de crear un entorno que apoye naturalmente una alimentación saludable”.
Así que la próxima vez que vayas de compras, piensa dos veces en lo que estás trayendo a casa. Tu futuro yo podría agradecértelo.